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lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Acceso universal a viviendas hacia el año 2020? Camino al déficit habitacional cero

 

  • El indicador que mide la necesidad habitacional se calcula mediante la encuesta Casen. Si bien ésta se debería aplicarse a fin de año, algunos expertos plantean que con el ritmo actual se podría garantizar el acceso universal a la vivienda en el año 2020. Otros, en cambio, anticipan que la nueva medición sólo mostraría una leve mejora.
Fuente: Pulso
Las políticas de viviendas sociales siguieron disminuyendo el déficit y previo al terremoto de 2010, se llegó a 421 mil unidades necesarias, según evidenció la encuesta Casen.
Las políticas de viviendas sociales siguieron disminuyendo el déficit y previo al terremoto de 2010, se llegó a 421.000 unidades necesarias, según evidenció la encuesta Casen.
Santiago, Chile. 17 septiembre, 2013. Familias allegadas, allegadas hacinadas y viviendas irrecuperables que no cumplen con los estándares básicos son los tres componentes que mide el déficit habitacional.
Durante los últimos 20 años, los distintos gobiernos han realizado constantes iniciativas para reducir el déficit habitacional en el país. En los 90, el indicador mostraba que eran necesarias 949.000 viviendas. Una década después, la cifra llegó a los 463.000.
Las políticas de viviendas sociales siguieron disminuyendo el déficit y previo al terremoto de 2010, se llegó a 421.000 unidades necesarias, según evidenció la encuesta Casen.
“Si uno descompone el déficit en sus tres factores, observa una disminución en las viviendas irrecuperables. Hace 10 años, la cantidad de viviendas en este estado eran 200.000 y hoy está en torno a 60.000. El allegamiento con hacinamiento está más o menos constante en las 200.000. La receta entonces es mantener la velocidad y la fuerza sobre los grupos más vulnerables, con especial focalización en aquellos grupos independientes y autónomos. Además, de no dejar de atender a los grupos emergentes y medios”, explica Francisco Irarrázaval, subsecretario de Vivienda y Urbanismo.
Pese a ello, el terremoto impactó fuertemente en este indicador. La cantidad de familias que componen el déficit cuantitativo aumentó, según el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), en 130.000. La Casen de 2011 mostró que eran 495.000 familias, lo que representó un aumento respecto a la medición anterior, pero que estuvo moderado por el trabajo de la reconstrucción.
Gráfico: Evolución del déficit cuantitativo de viviendas 1990 -2011.
Gráfico: Evolución del déficit cuantitativo de viviendas 1990 -2011.
“Muchas de las viviendas que sufrieron con el terremoto ya estaban consideradas como déficit antes de la catástrofe. Si bien las familias tenían viviendas, estas eran de materialidad insuficiente”, explica Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Actualmente, se entregan anualmente alrededor de 45.000 subsidios para los grupos vulnerables y 45.000 subsidios a la clase media. De acuerdo con el Minvu, se compran US$ 1.800 millones en viviendas con subsidios habitacionales al año, cifra de la cual US$ 400 millones son aportados exclusivamente por los subsidios y el resto lo pone la banca y los ahorros de las personas. Junto con eso, el Estado destina US$ 2.000 millones en subsidios para casas que se entregan a los grupos más vulnerables.
De mantenerse este ritmo, a fines de la década se podría garantizar el acceso universal a la vivienda en Chile. Así lo plantea Pablo Allard, decano de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo. “El déficit habitacional debe estar del orden de las 500.000 familias y hay una tasa de subsidios de 200.000 viviendas al año. Probablemente, los subsidios van a poder satisfacer el crecimiento natural de la demanda. Ahora, déficit cero nunca va a existir porque siempre habrá familias nuevas que se incorporan a la demanda”, detalla el experto.
Los cambios
La política habitacional chilena se ha modificado. Durante sus inicios estaba enfocada en la entrega de casas, pero paulatinamente fue mutando hacia la calidad de estas viviendas sociales.
“En los 90 se exigían viviendas sociales de 30 a 35 metros cuadrados. En el 2000, de 40 metros cuadrados. Ahora son de 45 ó 50 metros cuadrados. También han cambiado radicalmente los equipamientos de los barrios y su estructura”, afirma Vicente Domínguez, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliario (ADI), quien agrega que esto también ha elevado los costos.
Junto con ello, los valores de las viviendas han aumentado. De acuerdo con Hurtado, hoy las viviendas sociales rondan como mínimo las UF 700 y hace 10 años eran alrededor de UF 400.
Además, la catástrofe del 27 de febrero implicó mejoras en cuanto a la materialidad de las viviendas sociales.
“Hubo modificaciones a la normas para las estructuras de viviendas en altura. Estructuras reforzadas y antisísmicas”, agrega Domínguez.
Si bien las viviendas sociales son un buen negocio para las inmobiliarias, ya que carecen de riesgo de venta, no está exento de complicaciones.
Juan Pablo Monge, gerente general inmobiliario de Desco, plantea que los problemas para conseguir terrenos disponibles para nuevos proyectos también están afectando a las viviendas sociales.
“Los terrenos han subido mucho y eso hace que sea muy difícil tener un producto atractivo para el monto de los subsidios actuales. La posibilidad sería subir los subsidios o que el gobierno coloque los terrenos. Ahí ya no es un negocio inmobiliario, sino que más bien una licitación de construcción”, argumenta Monge.
Para Domínguez, esta situación es natural. “Siempre hay un divorcio entre el precio de los terrenos y el monto de los subsidios, sobre todo cuando la autoridad en general no ha estado generando suelos, sino que al contrario, ha estados restringiéndolos”, explica.
Agrega que subir los subsidios es una solución para la coyuntura, ya que a su juicio es necesaria una política “más generosa en el otorgamiento de posibilidades de suelo”.

Graña y Montero detalla su plan para crecer en Chile

 

  • El mayor holding constructor peruano acaba de comprar una tercera empresa en el país y su meta es transformarse en un actor relevante en obras mineras y eléctricas. Su hoja de ruta también incluye nuevas adquisiciones en el país.
Fuente: La Tercera
Mario Alvarado, gerente general corporativo de Graña y Montero.
Mario Alvarado, gerente general corporativo de Graña y Montero.
Santiago, Chile. 23 septiembre, 2013. Graña y Montero es el mayor grupo constructor peruano y uno de los 10 de América Latina en volumen de ventas, con 25 empresas de servicios de ingeniería e infraestructura y operaciones en Perú, Colombia, Brasil y Panamá, además de Chile, donde acaba de sellar su última adquisición en dos años. Con la compra de DSD Construcciones y Montajes, especializada en obras electromecánicas, sus apuestas en el mercado local ya suman US$ 120 millones, incluyendo la adquisición del 74% de Vial y Vives, y del 100% de la Compañía Americana de Multiservicios a Enersis.
Chile es un mercado relevante para la compañía, asegura desde Lima su gerente general corporativo, Mario Alvarado, quien sólo en el último año visitó el país, en promedio, dos veces por mes. “A las cosas nuevas hay que dedicarles mucho tiempo”, dice.
El interés es parte de una estrategia más amplia que apunta a los sectores minero y eléctrico. “Para ser una empresa potente regionalmente había que especializarse, y llegado un momento esa especialización se consigue a través de mercados más profundos. Y esos son, en minería, Chile y Perú. Ahí está el know how”, señala Alvarado.
De los US$ 4.000 millones que la firma pretende invertir en la región en los próximos cinco años, 80% se quedará en Perú y más de 10% se destinará a Chile. Colombia también tendrá un papel destacado en esa cartera. “Nuestro objetivo es seguir invirtiendo en cantidades importantes, especialmente en infraestructura”, afirma.
En los últimos 8 años, las ventas de la empresa en Perú han crecido 30% anual. Para este año, su meta es aumentar la facturación en cerca de US$ 300 millones, para llegar a US$ 2.300 millones a diciembre próximo. De ellos, 10% provendrá de Chile y otro 10% de Colombia, Panamá y Brasil. El grueso (80%) seguirá estando en su mercado de origen.
Proyectos en Chile
La firma, que desde 1997 transa en el mercado bursátil limeño, está en una buena posición para crecer, no sólo por el desarrollo logrado hasta ahora, sino, además, porque en julio pasado debutó en la Bolsa de Nueva York y recaudó US$ 430 millones para financiar su plan de expansión. De ellos, 60% irá a proyectos de infraestructura, 10% a compras de terrenos para su área inmobiliaria, y 20% para potenciales adquisiciones. “Somos una empresa muy líquida y nos hemos preparado para grandes inversiones”, anuncia el ejecutivo.
En Chile se proponen ser, en los siguientes cinco años, “importantes jugadores en el sector de servicios de ingeniería de construcción”. Puntualmente, quieren crecer en hidro y termoeléctricas, en líneas de transmisión, plantas industriales pesadas y, en general, en construcciones “de cierto nivel de sofisticación, no edificaciones ni cosas un poco más simples”, aclara Alvarado.
La detención de proyectos mineros y los problemas que enfrentan algunas iniciativas eléctricas no han logrado disminuir su interés. El ejecutivo, de hecho, le baja el perfil al tema. “En todos los mercados siempre el pasto del vecino es más verde que el propio. Los que estamos en Perú vemos a Chile como oportunidad. Los que están en Chile dicen ‘cómo quisiera estar en el Perú’. Uno encuentra muchas trabas y ve con dificultad su día a día”, afirma.
Crecer en el mercado chileno, donde la facturación llegó a US$ 220 millones en 2012, aporta al objetivo de conseguir un mayor grado de especialización: “Tener más proyectos en los dos países en los que se está invirtiendo, Chile y Perú, nos da el currículum y la experiencia para ir a otros lugares, a proyectos más complejos en Latinoamérica”, sostiene.
A nivel local, Graña y Montero trabaja con cuatro minas de cobre (Escondida, Antucoya, Caserones y Ministro Hales, de Codelco), y con CAP, en uno de sus yacimientos de hierro.
Conocimiento del mercado local, en todo caso, tienen suficiente. En los últimos 15 años han estado presentes aquí en la construcción y operación de proyectos como la central hidroeléctrica de Ralco, de la generadora Endesa, algunos tramos del tendido de transmisión en el Sistema Interconectado Central (SIC) y la ampliación del hotel Sheraton San Cristóbal, en Santiago.
El grupo ve, asimismo, oportunidades para seguir adquiriendo empresas en otros sectores, aunque hoy no buscan algo muy activamente. “Estamos recibiendo información en las áreas de negocios que manejamos. Queremos ser selectivos”, aclara el ejecutivo.
En cuanto a proyectos, sus ojos están puestos, en particular, en el área de infraestructura. “Alguna carretera o alguno de esos proyectos que sea de concesión, pero que implique trabajo y diseño. Podrían ser Vespucio Oriente, los hospitales o cualquiera de este tipo que implique trabajo y aporte de valor nuestro”, explica.
Alvarado subraya que Graña y Montero es la empresa con más experiencia en construcción de obras mineras en América Latina. También es el grupo de ingeniería y construcción de mayor capitalización bursátil en Latinoamérica, con un market cap de US$ 2.700 millones. Hoy están involucrados en 20 proyectos que se están ejecutando en la región, sin contar trabajos en República Dominicana e incluyendo la construcción de una mina en Panamá.
En su hoja de ruta reciente destaca también el montaje de “los dos molinos de bolas más grandes del mundo para la mina Toromocho, en Perú”, apunta. Además, están trabajando en la construcción de cuatro hidroeléctricas en simultáneo en Perú: Machu Picchu (98 MW), Cerro del Aguila (512 MW), Santa Teresa (90 MW) y Huanza (90 MW ).
Con un portafolio de negocios diversificado, sus contratos firmados por ejecutar en la región para los próximos tres años ascienden a US$ 4.100 millones. De ese monto, 34% corresponde a operaciones mineras (transporte de minerales dentro de la mina con grandes camiones) y 20% a proyectos. Le siguen electricidad (construcción de hidroeléctricas y líneas de transmisión), con 18%, y transporte (contratos de concesiones de autopistas y la operación del Metro de Lima por 30 años), con 16%. Más atrás aparecen otras categorías como agua y desagüe, donde operan plantas de tratamiento de aguas residuales, con 3%.
A largo plazo, su meta es ser el holding de servicios de ingeniería más confiable de la región. “No el más grande, aunque para ser el más confiable igual debes tener un tamaño importante”, considera el ejecutivo.
Detención de proyectos eléctricos y mineros: “La situación será pasajera”
Mario Alvarado, gerente general corporativo de Graña y Montero, ve oportunidades de crecer en minería y energía, pese a la detención de proyectos.
“Nunca, en general, pensamos a corto plazo. Un ejemplo es Vial y Vives, que demoramos casi cuatro años en adquirirla. Nuestra visión es desarrollar capacidad y ser jugadores de largo plazo. La situación que está viviendo Chile será pasajera. La pregunta que podemos discutir es si eso va a pasar en uno, en dos o en tres años. O en unos meses. Pienso que hay más desánimo que otra cosa: los precios han bajado, los costos en Chile han subido, vienen las elecciones. Hay varias cosas, pero todo eso pasa.
¿No les preocupa?
No es que no nos preocupe, pero la decisión de inversión no es para unos meses, sino para toda la vida. Cuando venga el gran crecimiento tenemos que estar muy preparados. Desarrollar capacidades toma tiempo. El crecimiento se va a dar; la pregunta es cuándo. Y eso es difícil de responder.
El grupo quiere crecer en hidroeléctricas y termoeléctricas, por ejemplo, que son áreas donde ve oportunidades, pero con dificultades, dado los problemas de aprobaciones que presentan esos proyectos.
En Chile esos proyectos enfrentan también oposición ciudadana.
Acá (en Perú) y en casi todo el mundo es igualito. Siempre va a haber muchas trabas, lo que cambia es el matiz. En Chile se llaman ambientales; en Perú, hoy se llaman sociales, y en Estados Unidos, vecinales. Igual pasa en Brasil. En todos los lugares los proyectos son cada día más complejos. Si uno está en Chile, y con razón, se frustra con las trabas y asume que en Perú no las hay. No es que sea fácil, pero es difícil en todos lados.
¿Por qué el interés de estar acá entonces?
Por la potencia minera del país. Ya tiene una capacidad instalada muy grande y sólo eso implica mucho trabajo. Las minas y la capacidad de producción del país requieren, todo el tiempo, mejoras en las minas, aun cuando no haya nuevos proyectos. Perú tiene la ventaja de que sus costos de producción son más bajos y eso le está dando una ventaja.
¿En Chile les interesa más la minería que el sector eléctrico?
Los dos. Hoy en el Perú estamos construyendo cuatro hidroeléctricas. Es un sector que nos interesa mucho y que se va a destrabar, porque Chile va a tener que producir, no puede seguir con esos costos de electricidad, que son más del doble del costo de la energía en Perú. No tiene sentido. Si no, las inversiones van a parar. Eso se tiene que destrabar, algún día. Ojalá que sea más rápido.

Licitarán terreno que perteneció a los Valech en San Carlos de Apoquindo

 

Fuente: El Mercurio
Por normativa, el coeficiente de ocupación del sitio es 0,1. Es decir, por cada 1.000 m {+2} de terreno se pueden edificar 100 m {+2} y el resto, 900 m {+2} , se debe destinar a áreas verdes y de circulación.
Por normativa, el coeficiente de ocupación del sitio es 0,1. Es decir, por cada 1.000 m2 de terreno se pueden edificar 100 m2 y el resto, 900 m2, se debe destinar a áreas verdes y de circulación.
Santiago, Chile. 23 septiembre, 2013. A fines de los años cuarenta, Antonio Valech, padre del fallecido obispo Sergio Valech y otros socios compraron 900 hectáreas de terreno en Santiago, en los pies de la cordillera de los Andes.
Hoy, parte de esos predios abarcan el sector de San Carlos de Apoquindo, en Las Condes, y están en manos de universidades y otros operadores. Uno de ellos es la constructora Molina Morel, que desarrolló un proyecto inmobiliario en la zona.
Esta constructora licitará un paño de 54.655 m2 (superficie bruta), colindante al sitio donde se emplaza su proyecto inmobiliario. “Es uno de los últimos terrenos que quedan bajo la cota mil, pues sobre la cota mil no se puede construir”, explica Jaime Araya, managing director de Colliers International, firma encargada de la licitación.
Molina Morel decidió vender el predio porque quiere concentrarse en proyectos de más corto plazo, explica Araya. En el terreno a licitar se puede construir hasta 9 edificios habitacionales de hasta 5 pisos.
La licitación se realizará el 17 de octubre y tiene un precio mínimo de UF 391.994, cerca de US$ 18 millones. “El precio es muy de mercado y por tanto estimamos que en la licitación puede haber una variación al alza entre 5% y 15%”, indica. El predio tiene un permiso de edificación aprobado en 2008.

Estaciones de las nuevas líneas del Metro estarán al doble de distancia que las antiguas

 

  • Mientras los trazados originales de las líneas 1 y 2 tenían en promedio entre 663 y 888 metros de distancia entre paradas, los de las líneas 3 y 6 consideran hasta 2 kilómetros de separación.
Fuente: El Mercurio
as distancias promedio entre las paradas consideradas en la Línea 6, que irá desde Cerrillos hasta Vitacura, alcanzan los 1.500 metros.
Las distancias promedio entre las paradas consideradas en la Línea 6, que irá desde Cerrillos hasta Vitacura, alcanzan los 1.500 metros.
Santiago, Chile. 23 septiembre, 2013. Distancias de hasta 2 kilómetros y una separación promedio de casi 1,5 kilómetros entre dos estaciones tendrán las nuevas líneas 3 y 6 del Metro, que estarán listas para entregar al uso público entre 2016 y 2018.
Estas dimensiones contrastan con los 663 a 888 metros que en promedio existen entre los primeros trazados del ferrocarril metropolitano, es decir, de San Pablo a La Moneda en el caso de la Línea 1 -inaugurada en 1975- y de Lo Ovalle a Cal y Canto para la Línea 2, que partió atendiendo público en 1978.
Según cálculos aproximados, los tramos más largos de la vía que circula bajo la Alameda y Providencia no superan los 741 metros, llegando al kilómetro como máximo en la Línea 2 (que recorre parte de la Norte-Sur y Gran Avenida).
En cambio, las distancias promedio entre las paradas consideradas en la Línea 6, que irá desde Cerrillos hasta Vitacura, alcanzan los 1.500 metros y superan los 1.100 metros en la futura Línea 3, que partirá en Huechuraba y subirá por avenida Irarrázaval hasta La Reina.
La decisión de ampliar la distancia entre las estaciones ha generado algunos focos de conflicto para la firma estatal: en Independencia y Providencia tanto los municipios como las comunidades exigen la construcción de más estaciones para generar menos distancia entre ellas. Sin embargo, en Metro explican que la experiencia internacional muestra que actualmente la distancia entre las estaciones de una línea es “mayor a la existente en los tramos más antiguos de la red”, explicaron en la firma.
A partir del ingreso de la red a Transantiago, aseguraron, “el servicio del tren subterráneo está orientado a viajes de mediana y larga distancia, mientras que los buses permiten ayudar a distribuir a los pasajeros desde Metro hasta sus destinos”.
Más eficiencia
Según la empresa estatal, el estándar de distancia definido para las líneas 3 y 6 es similar al de ferrocarriles metropolitanos “integrados, más modernos y eficientes del mundo y que es de 1,5 kms. Esto permite una serie de beneficios, como el aumento de la velocidad de los trenes y, por ende, la disminución de los tiempos de viaje”.
Ello, destacó la entidad, mejoraría el servicio para los pasajeros.
Impacto urbanístico de ampliar la separación entre terminales
Consultado respecto de los efectos que la mayor distancia entre estaciones podría generar en el entorno de cada estación, el gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, Javier Hurtado, comentó que “en general, la mayor distancia no reviste mayores complejidades y lo que puede pasar es que entre estaciones surjan zonas con menor densidad que en el resto de la red”.
Incluso, Hurtado comentó que esta situación “podría favorecer al entorno, al generar espacios más agradables y atractivos”.
Para el gerente del Área Urbana de la consultora SieteVeinte, Alex Nohra, el distanciamiento entre las estaciones de las nuevas líneas está “vinculada con edificaciones en altura, principalmente porque los territorios urbanos por donde pasan son mucho menos densos que la línea misma”.
Añadió que “sería aconsejable que los trazados de las líneas del metro y sus estaciones se consensuaran en su etapa de diseño con los municipios y la comunidad de ser necesario y así evitar las manifestaciones en contra”.
distancia estaciones metro

Luego de 80 años, el Centro Cívico recupera su esplendor

 

  • Desde que se comenzó el plan de remodelación, de la vereda sur, la “caja cívica” cuenta con un 70% de avance.
Fuente: La Tercera
Vista hacia la vereda sur de la Alameda. Al fondo, el edificio de las Fuerzas Armadas.
Vista hacia la vereda sur de la Alameda. Al fondo, el edificio de las Fuerzas Armadas.
Santiago, Chile. 23 septiembre, 2013. Recuperar el brillo metálico con que originalmente fueron concebidos los edificios del Barrio Cívico en la década del 30; mantener los impactos de balas que recuerdan la fragilidad de la democracia y ocultar los aires acondicionados que desde los 80 rompen la simetría con que fueron diseñadas las fachadas, son parte de las medidas de mejoramiento de la “caja cívica”, como se llama a la geometría que forman los edificios gubernamentales que rodean al Palacio de Gobierno.
Hace 14 meses que el Ministerio de Obras de Pública comenzó con los trabajos para renovar este sector (como parte del proyecto Legado Bicentenario) y en junio pasado el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) dio el vamos a las obras de siete edificios gubernamentales, ubicados en el cuadrante entre Moneda, Teatinos, Nataniel, Padre Alonso de Ovalle, Zenteno y Morandé.
En octubre, el Minvu empezará ya a sacar los andamios de algunos de los edificios en remodelación para estrenarlos y, de paso, devolver a los peatones calles más despejadas para el tránsito.
Pablo Silva, subdirector de Vivienda y Equipamiento del Serviu Metropolitano, aclara que mientras las ejecuciones del MOP se concentran en la vereda norte de la Alameda, los de su repartición se ubican en el sector sur, donde está el eje Bulnes. Dado que esta zona partió después con la restauración y que lleva entre un 72% y un 20% de avance, sus últimas construcciones serán finalmente reestrenadas el 7 de febrero del próximo año.
Un cambio de imagen
Para ejecutar la renovación de los edificios, el Serviu invirtió más de $ 2.142 millones. Con estos, aparte de recuperar el brillo y la textura del litofren (material utilizado en las fachadas en la década de los 30), se cubrieron con celosías las cajas de aire acondicionado que sobresalían de las fachadas.
Dado que el sector intervenido se encuentra al interior de un terreno declarado como Zona Típica, el Consejo de Monumentos Nacionales puso una serie de requerimientos para ejecutar la totalidad de las obras. Definió el color de la pintura y, entre otras cosas, determinó que las marcas de las balas que quedaron del 11 de septiembre de 1973 no se borraran, según Silva.
“Este proyecto busca rescatar uno de los barrios más emblemáticos de Santiago y recuperar, así, el patrimonio que está conectado con la identidad nacional. Con esto ratificamos uno de los ejes principales de nuestro trabajo como ministerio, que es la visión de una ciudad con mejores espacios públicos”, explica Daniel Johnson, director del Serviu Metropolitano.
Para Silva, otro de los aportes de esta iniciativa es que ante los que suelen visitar el centro -por trabajo, turismo o porque son vecinos del sector- aparecerán renovadas construcciones, “las que extenderán su vida útil”.
Para realizar estos trabajos, el Serviu Metropolitano diseñó dos metodologías de trabajo: una que se desarrolla con andamios móviles, que se hace sólo por las noches y que sirve para el hidrolavado, y otra que es diurna, que considera andamios fijos para pintar las fachadas de los distintos inmuebles.
Otro de los cambios que se ejecutarán dentro del eje Bulnes son el reemplazo de las actuales jardineras lineales -que dificultan el cruce de peatones de un lado al otro- por maceteros que estarán ubicados en forma aleatoria dentro de la superficie y equidistantes en medio del paseo.

Malls concentran 56% de inversiones del comercio a junio de 2013 con casi US$ 2.000 millones

 

  • Catastro de proyectos de inversión del sector comercio a junio de 2013 incluye iniciativas en ejecución y estudio.
Fuente: Diario Financiero
Las inversiones del sector comercio anotaran un buen resultado durante el primer semestre de 2013.
Las inversiones del sector comercio anotaran un buen resultado durante el primer semestre de 2013.
Santiago, Chile. 17 septiembre, 2013. El positivo desempeño de la actividad económica, principalmente del consumo, los cambios en los estilos de vida, la extensión de las ciudades y los nuevos polos de radicación poblacional han sido claves para que las inversiones del sector comercio anotaran un buen resultado durante el primer semestre de 2013.
Según el catastro elaborado por el departamento de estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) el catastro de proyectos de inversión del sector a junio de 2013, que incluye iniciativas en ejecución y estudio, alcanzó un monto de US$ 3.495 millones, creciendo 8,8% respecto del nivel contabilizado en diciembre 2012. La cifra, a su vez, es 2% menor que la cifra récord alcanzada en junio de 2012.
La buena cifra se explica principalmente por el dinamismo en los malls, que entre nuevos centros comerciales o ampliaciones de los ya existentes determinaron que la inversión planificada en este segmento alcanzara a US$ 1.963 millones a junio de 2013, creciendo un 26,5% respecto del nivel contabilizado en diciembre de 2012, llegando a representar el 56,2% del total catastrado.
El restante 43,8% de la inversión corresponde a tiendas por departamento, especializadas y supermercados, “la que no es posible diferenciar adecuadamente , ya que las empresas con actividad integrada están entregando sus programas globales con información agregada sin diferenciación entre los distintos tipos de establecimientos”, explica la CNC.
En todo caso, a junio de 2013 la inversión en este grupo se situaba en US$ 1.532 millones, cifra un 7,8% inferior a la calculada en diciembre de 2012. “Esta reducción se debe a que el monto de los proyectos inaugurados y los que registraron ajustes en sus niveles (US$ 329 millones) superó el del nuevo programa de una cadena de tiendas especializadas (US$ 200 millones) incorporado en el primer semestre del año”, consigna el informe.
Stock firme por sobre los US$ 3.000 millones

La evolución del catastro sectorial muestra que desde fines de 2011 se mantiene un stock por sobre los 
US$ 3.000 millones, caracterizado por su dinámico comportamiento, como lo refleja el constante flujo de nuevos proyectos e inauguraciones. “En el aumento de US$ 282 millones, que registró el stock entre diciembre 2012 y junio de 2013, se combinaron el surgimiento de nuevas propuestas que ascendieron a 
US$ 670 millones, con la reducción de US$ 388 millones compuesta por la suma de las iniciativas finalizadas, otras retiradas y también por naturales ajuste de cifras”, plantea la CNC.

Rodrigo Pérez: “Durante muchos años se privilegió la cantidad sobre la calidad de las viviendas sociales”

 

  • El Ministro de Vivienda y Urbanismo asegura que antes del sismo de febrero, en el gobierno de Michelle Bachelet, el indicador se elevó. “Entre 2006 y 2009 el déficit pasó de 408.000 a 421.000 viviendas”, explica.
Fuente: Pulso
El ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez: "en los próximos cuatro años se debiera avanzar mucho.".
El ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez: “En los próximos 4 años se debiera avanzar mucho”.
Santiago, Chile. 17 septiembre, 2013. La reducción del déficit habitacional ha sido una de las políticas de Estado más marcadas de los últimos 20 años. Sin embargo, ésta se vio truncada con el terremoto de 2010. Según el ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, antes del sismo de febrero en el gobierno de Michelle Bachelet, el indicador se elevó por primera vez desde la década de los 90’s. “Entre 2006 y 2009, el déficit pasó de 408.000 a 421.000 viviendas”, explica.
¿Cómo evalúa el trabajo para la disminución del déficit habitacional?
Si toma un periodo horizonte de 20 años, vemos que hemos sido capaces de reducir ese déficit a la mitad. De 1 millón a algo menos de 500.000 viviendas. Hay claramente dos periodos. Hasta el año 2006 se logró reducir el déficit habitacional en forma permanente, y después hay un periodo en que esto se estanca entre 2006 y 2009, el periodo del gobierno anterior.
Esto llama la atención, porque el gobierno de Bachelet se caracterizó por sus políticas sociales.
Si, podríamos decir que coincide con un periodo de bajo crecimiento económico y, por lo tanto, de mayor desempleo. Esas variables socioeconómicas hacen que el déficit aumente. En 2006, llegó a 408.000 y en 2009 subió a 421.000 viviendas. Ahora, en 2011 el déficit aumenta por efectos del terremoto. Pero la cifra de 2011 fue una buena noticia porque significa que se recuperó el dinamismo en reducción del déficit, porque las estimaciones del Ministerio de Vivienda eran que post terremoto el déficit aumentó en 130.000 viviendas, aproximadamente, llegando a 536.000, por lo que el hecho de que en noviembre de 2011 éste haya caído a 495.000 es una muy buena noticia. Eso hace que se recupere un dinamismo que se había perdido en los cuatro años anteriores, en el gobierno anterior.
¿Cuántas viviendas son adquiridas con subsidio?
-El gasto ha aumentado en forma importante. En los cuatro años de gobierno del presidente Piñera, el número de subsidios pagados va a aumentar en un 32% respecto a los cuatro años anteriores, y en monto va a aumentar en un 69%. Es decir, entre 2006 y 2009 se pagaron UF 97 millones y en estos 4 años se van a pagar cerca de UF 174 millones.
Desde la industria de la construcción plantean que hay dificultades de acceso a terrenos para viviendas sociales, por lo que ven necesario un aumento en el monto de los subsidios, ¿Cómo evalúa esto?
-Efectivamente ha habido un alza en los costos de los terrenos y en el precio de las viviendas, pero el monto promedio del subsidio ha aumentado. En el gobierno de la presidenta Bachelet, el monto promedio pagado para grupos vulnerables fue de UF 429 y en estos últimos 4 años subió a UF 570. Eso ha financiado mayores costos, pero también una mejora en la calidad de las viviendas.
Se ha pasado desde un foco de cantidad de viviendas sociales a una etapa de calidad, ¿Cómo ha sido esa tarea?
-El cambio que se introdujo al Decreto 49 incluyó mejoras en el cuadro normativo y se ha hecho un esfuerzo porque la ubicación de las viviendas sea mejor. Estamos haciéndonos cargo del déficit cualitativo. Durante muchos años se privilegió la cantidad sobre la calidad. Hoy día tenemos grandes concentraciones que no cumplen con los estándares mínimos de dignidad. Creo que la calidad es entonces el desafió que hay que continuar abordando.
¿Es posible que termine el déficit habitacional del 20% más vulnerables en 2017?
-El primer quintil es el 24% del déficit (168.000 viviendas) y si uno piensa que se entregan alrededor de 43.000 al año, por lo tanto, efectivamente en los próximos 4 años se debiera avanzar mucho.

Altos costos ponen en jaque licitación y desarrollo del nuevo paso Los Libertadores

 

  • Pese a que el MOP afirma que un tercer aplazamiento del proceso fue “a petición de las mismas empresas que compraron las bases”, los privados coinciden que el subsidio sería insuficiente y que se debería reducir el tamaño de la obra y su costo.
Fuente: Pulso
El complejo quedó chico y colapsa cada fin de semana punta.
El complejo quedó chico y colapsa cada fin de semana punta.
Santiago, Chile. 17 septiembre, 2013. La nieve deja sus huellas cada vez que se aparece por el paso fronterizo Los Libertadores. El tránsito se suspende, con las negativas consecuencias para quienes buscan cruzar la frontera. A esto se suman las grandes aglomeraciones en los días punta, razón por la cual el gobierno tiene en marcha un plan para materializar un proyecto por US$ 62 millones para ampliar la infraestructura del complejo. Sin embargo, este ha sido más complejo de lo esperado inicialmente.
Por tercera vez se modificó la fecha de recepción de las ofertas para la licitación del paso fronterizo, la que inicialmente estaba estipulada para el 14 de junio de este año.
En una primera instancia se modificó para el 5 de julio de este año, sin embargo, un segundo cambio la movió para el 21 de agosto.
No obstante, el proceso sufrió un nuevo y tercer retraso: la fecha de recepción de ofertas será ahora el 10 de octubre a las 12:00 en el Auditorium del Ministerio de Obras Públicas (MOP), según la última circular del ente.
Esto modifica a su vez la fecha de apertura de Ofertas Económicas que estaba fijada para el 12 de septiembre pasado y se realizará finalmente el 30 de octubre.
El complejo, que considera una inversión de US$ 62 millones, estará ubicado en el sector denominado Llano de la Calavera en Los Andes, Región de Valparaíso.
Subsidios insuficientes
Algunas de las obras que contempla se encuentran un edificio de control de vehículos, otro para alojamiento de funcionarios, una subcomisaría de Carabineros, vialidad interior y exterior, estacionamientos y empalmes con la Ruta 60 CH, entre otras obras complementarias.
Ejecutivos participantes del proceso -pero que prefieren mantener en reserva su nombre- afirman que la razón de estos retrasos es que los subsidios serían insuficientes para el nivel de inversión a realizar, inquietud que habría sido planteada por las empresas.
“Hasta el momento hay cuotas de UF 1.200.000. Todos manifestamos que se necesita mucho más”, afirma un ejecutivo. “Puede que ningún oferente llegue a precio”, agrega otro que también pidió reserva de su nombre.
Todos los consultados por Pulso afirman que esto dejaría al MOP con dos opciones: más subsidios o reducir la escala del proyecto.
No obstante, desde el MOP se señaló de manera oficial: “El motivo de la prórroga fue a petición de las mismas empresas que compraron las bases”.
Con todo, varias empresas que adquirieron las bases afirman que un cambio en el tamaño del proyecto, y de los costos, significaría un nuevo retraso pues el MOP debería solicitar nuevas platas a Hacienda. Entre las empresas que adquirieron las bases se encuentran Besalco Concesiones, Claro Vicuña Valenzuela, Constructora Valko, Icafal INevrsiones, Brotec y OHL. Sin embargo algunas como Sacyr y OHL han manifestado que no acudirán al proceso.