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martes, 20 de noviembre de 2012

Crece demanda por maestros: Presupuestos tardan meses y hasta rechazan trabajos

 

  • En tiempos de bonanza económica y actividad en la construcción, encontrar maestros a domicilio es una odisea. Los especialistas no dan abasto y se ven obligados a no tomar pedidos.
Fuente: El Mercurio
La construcción y la minería están captando gran parte de la mano de obra especializada.
Santiago, Chile. 19 noviembre, 2012. “Me cambié de casa en abril y había una fuga de agua, el medidor andaba y andaba. Llamé a cuatro gásfiters y no llegó ninguno. Tuve que recurrir a una empresa y me salió carísimo. Después, compré una central telefónica para que el timbre se manejara con el teléfono y el maestro se demoró cuatro meses en instalarla. Me decía que tenía otras pegas y que esto lo hacía después de su trabajo. Me pidió plata adelantada, entonces, ya lo tenía medio comprometido”. Macarena Rivas (37 años, Lo Barnechea) ha tenido tantas experiencias de este tipo que ha llegado a ofrecer plata de más con tal de que los maestros lleguen a su casa.
“A un carpintero le ofrecí $ 10.000 (aparte de lo que cobraba por el trabajo), con tal de que llegara. A ese mismo maestro le encargué vanitorios en febrero y todavía no me llegan. Hizo sólo lo urgente: las puertas de clóset y los muebles de cocina. En 2008 (durante la crisis económica internacional), el mismo carpintero me hizo toda la pega”, cuenta.
Como ella, hoy son varios los propietarios que quieren reparar, remodelar o ampliar sus casas y departamentos y se encuentran con que simplemente no hay maestros a domicilio en Santiago.
Francisco Fernández (41 años) acaba de empezar a remodelar una casa en Las Condes. Pero tuvo que esperar varios meses antes de encontrar maestros.
“Llamábamos para que nos hicieran un presupuesto y no llegaban porque estaban con otros trabajos. O venían, pero no podían empezar hasta tres o cuatro meses después, porque ya estaban comprometidos en otras casas”, cuenta.
Finalmente, optó por una constructora, lo que según sus cálculos significa un incremento de 20% en el gasto. “Si el tiempo no es problema, puedes esperar hasta que el maestro se desocupe, pero si la variable tiempo implica incurrir en otros gastos adicionales, de cualquier tipo, se opta por la empresa constructora”, asegura.
En el invierno escasean los reparadores de sistemas de calefacción y en el verano, los de piscinas, asegura clientes y actores del sector.
¿Por qué faltan maestros?
Antes del terremoto, la demanda por trabajos comenzó a subir, y luego del terremoto, con la reconstrucción, siguió el boom y va en aumento, explica Miguel Ángel Pérez, quien se ha especializado en construcciones y reparaciones, principalmente de casas.
“Desde hace tres años no he tenido descanso, he tenido un trabajo tras otro, a veces dos al mismo tiempo, y podrían haber sido tres o cuatro, pero he tenido que rechazar trabajos porque no he podido agrandar el grupo de colaboradores”, grafica.
Actualmente, trabaja con cinco personas estables. Dice que lo que más falta son especialistas de todo tipo, aunque los jornaleros -que no tienen especialidad- también escasean. Cuenta que el valor día-hombre ha subido de un 25% a un 30%.
Al boom de la construcción se suma la minería, que desde hace dos años está atrayendo trabajadores, tanto de empresas constructoras como a los independientes. “La minería se está llevando a una cantidad de gente impresionante, con ingresos sumamente altos. De hecho, hay un tema con las constructoras que capacitan a su gente y después se las lleva minería”, dice Cristián Cerda, presidente del Comité de Proveedores de la Cámara Chilena de la Construcción.
En el caso de los maestros a domicilio, la estabilidad laboral es el principal motivo para abandonar la rutina de trabajador independiente -asegura Cerda- y convertirse en empleado de un tercero.
Por otro lado, están las grandes tiendas de retail que “comercializan productos con instalación y responsabilidad sobre ella, lo cual ha hecho que los mejores maestros estén contratados por éstas”, cuenta Cerda.
Adolfo Errázuriz, gerente de Servicios Comerciales de Sodimac, dice que la venta de servicio de instalaciones a domicilio realizada por sus maestros especialistas se ha incrementado del orden del 25 al 30% anual en los últimos cinco años.
La venta de viviendas usadas también tiene que ver con el boom de los maestros a domicilio, pues produce una mayor demanda por reparación o remodelación. Entre enero y agosto de 2012, se han vendido 26.309 viviendas usadas en la Región Metropolitana, lo que significa un incremento de 17,4% (medido en unidades) respecto de igual período del año pasado, según Real Data. Las mayores alzas se producen en departamentos (11.086 unidades vendidas), que crecen 23,4% en el lapso.
En tiempos de crisis económica, se multiplican las ofertas de trabajo a domicilio porque los maestros -que normalmente forman parte de un equipo de contratistas de obras de construcción y tienen alguna especialidad- buscan alternativas laborales por su cuenta. Al revés, en épocas de bonanza, los que permanecen en la construcción privilegian las obras grandes en lugar de los trabajos a domicilio, por la estabilidad laboral.
Empresas formales
En el sector, distinguen entre las empresas establecidas -que trabajan con garantía y contratos- de los maestros que trabajan por cuenta propia, pues estos últimos suelen hacerlo de manera informal. No obstante, muchos clientes prefieren a los maestros que consiguen “por dato”, porque cobran más barato.
En Chile hay más de 12.000 empresas constructoras, de acuerdo con Penta MG Group con datos del SII de 2011. De ese total, 5.894 son microempresas establecidas (es decir, sin contar a los maestros que trabajan de manera informal), las que tienen ventas de hasta US$ 30.000 promedio anual, unos $14,5 millones. “Son contratistas, cuya dedicación principal se centra en la reparación, ampliación y remodelación de viviendas, oficinas y locales comerciales”, explican en Penta MG Group.
Desde 2008 a la fecha, las microempresas constructoras han venido creciendo, pero todavía faltan incentivos para formarlas. “El gran problema para quienes quieren formar firmas a domicilio es que contratan a un grupo de maestros y luego los usuarios los contratan por fuera, es decir, se bypasean a la empresa”, señala Cerda.
Lo más pedido: gasfitería y electricidad
Las firmas que van a domicilio coinciden en que este año la demanda se ha mantenido alta, especialmente en gasfitería y electricidad, pero lo atribuyen a distintas razones.
Para Esteban Sologuren, gerente general de Fono Maestro -empresa con ocho años de vida-, la demanda ha crecido no necesariamente por efectos de la mayor venta de viviendas usadas, sino más bien por un tema cíclico. “La demanda sube pasado el dieciocho. Entre octubre y enero, la gente empieza a arreglar su casa. En febrero, la gente sale, y de marzo a mayo se reduce la demanda. En el invierno, con la lluvia no se hace mucho”, explica.
Los propios clientes son los que segmentan la demanda, agrega. Y dice que hay un perfil de clientes que buscan la economía ante todo. “Ese, por lo general, cuando llama no está dispuesto a pagar a una empresa. Piensa que uno es el maestro chasquilla, que contesta y va a hacer el trabajo. Entonces uno hace un filtro, porque a veces es un viaje perdido. Le dejamos claro al cliente que esto es una empresa, con varias personas que trabajan, capacitadas, con garantía de tres meses, y que nosotros para ir a su domicilio y ver un presupuesto tiene un costo la visita”, explica.
Arturo Valenzuela, gerente de Gásfiter Autorizado -firma con 33 años de vida-, asegura que la demanda se viene recuperando desde el terremoto. “Ha aumentado 40% si lo comparo con 2011″, detalla.
Cuando les solicitan muchas visitas, esta empresa agenda para dos o tres días los trabajos menos urgentes, priorizando los de primera necesidad. “Hay trabajos que son de emergencia, como destapes y fugas de agua, pero otros como humedades, los vamos agendando”, señala Valenzuela.
Patricio Torres, gerente general de World House -firma que realiza trabajos de gasfitería, electricidad y construcción en general-, asegura que el año pasado fue “extraordinariamente bueno por efectos del terremoto. Si uno lo compara con años anteriores al terremoto, 2012 ha sido bueno. Por ejemplo, si comparamos con 2009, la venta ha subido entre 150 y 200%”. Maipú es de las comunas con mayor demanda para esta empresa.