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viernes, 2 de agosto de 2013

Casona del siglo XIX en el centro de Santiago: Quieren demolerla en vez de recuperarla

 

  • Dueños de histórico inmueble de calle Compañía pretenden levantar un edificio en ese lugar. Alcaldesa Tohá pidió que el edificio sea declarado Monumento. Dice que es necesario “remover las conciencias” para salvar el patrimonio.
Fuente: La Segunda
La casona de dos plantas se ubica en calle Compañía 1687.
La casona de dos plantas se ubica en calle Compañía 1687.
Santiago, Chile. 31 julio, 2013. Un inmueble de 1893 corre hoy serio peligro de desaparecer del centro de Santiago. Se trata de una casona de dos plantas ubicada en calle Compañía 1687 y que hoy se mantiene “a salvo” sólo porque la Municipalidad de Santiago se ha negado a entregar el permiso de demolición solicitado por los dueños de la vivienda, quienes desean construir un edificio en esos terrenos.
Lo más lamentable de todo es que hay más opciones de “echarlo abajo” que recuperarlo, porque -y aunque parezca increíble- este inmueble del siglo XIX no está protegido bajo ninguna categoría patrimonial.
La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá , reconoce lo difícil del asunto: “Necesitamos apoyo, remover las conciencias, tenemos que encontrar alternativas para impedir que se pierda ese edificio”.
Y es que a pesar de su evidente estado de deterioro -sin uso hace varios años, la fachada está toda rayada y sucia, su interior registra varias grietas y tuvo que soportar la ocupación ilegal de un grupo de jóvenes durante algunos meses en 2012-, la casona tiene un enorme valor histórico y arquitectónico.
“El edificio no tiene daño estructural, está sano y apto para ser rehabilitado… y tiene un interior espectacular”, apunta el arquitecto Jaime Pujol, de la subdirección de Patrimonio de la municipalidad.
La principal riqueza, de acuerdo con un análisis levantado por el municipio, es la decoración que tiene el segundo piso de la casona, que estaba dedicado al uso residencial. Ahí, en un hall de distribución, destacan seis “frescos” -pinturas hechas sobre una superficie cubierta con dos capas de cal- con diseños que representan, entre otros, el Palacio Vecchio de Florencia, paisajes de Venecia, el antiguo Puente de Cal y Canto de Santiago y algunos personajes no identificados.
El interior del inmueble posee valiosas pinturas y sofisticados diseños de ebanistería.
El interior del inmueble posee valiosas pinturas y sofisticados diseños de ebanistería.
Además, en el cielo de ese espacio todavía se puede admirar un gran trabajo de yesería y ebanistería, ambos de calidad muy superior a lo que se podía encontrar en Santiago durante esa época.
Por esto, y ante la indefensión a la que se ve expuesta la casa, la municipalidad ya ingresó un expediente al Consejo de Monumentos Nacionales para que el inmueble sea nombrado como Monumento Histórico.
¿Por qué no se protegió antes? “Tiene que ver con una decisión alcaldicia”, dice Pujol.
“Argumentos son tontos”
En espera de esta gestión, se debe resolver la pugna entre la municipalidad y los dueños de la casona.
Ante la negación del permiso para demoler el inmueble, ingresado en enero a la Dirección de Obras Municipales (DOM), los propietarios recurrieron a la Seremi Metropolitana de Vivienda.
Según la municipalidad, el permiso fue rechazado debido al incumplimiento de un avenimiento judicial -del 28 de abril de 2006- que obligaba al entonces dueño de la casona, distinto de los actuales, a realizar trabajos de refuerzo estructural al inmueble.
Como estos no se hicieron, se rechazó el permiso. “Esta resolución afecta al inmueble, independiente de quien sea el dueño”, explica Pujol.
Una fuente cercana a los propietarios del inmueble explicó a “La Segunda” que “hace tres años ellos, cuando compraron la casa, hicieron los intentos de salvarla y remodelarla, para darle vida, pero finalmente no resultó y decidieron demolerla para hacer un edificio”.
Sobre los argumentos esgrimidos por la municipalidad para no permitir la demolición, la misma persona dice que “son tontos”: “¿Cómo los quieren obligar a hacer obras si lo que pretenden es demolerla?”.
De casa de ministro a bodega del Archivo Judicial
Por encargo del abogado y político Benjamín Montt Montt -quien fuera diputado y ministro de Justicia, además de hijo del Presidente Manuel Montt-, el arquitecto catalán José Forteza Ubach levantó el inmueble en 1893.
Forteza es conocido por obras como el Hotel Bristol, a un costado de la Estación Mapocho y el Palacio Undurraga (que estaba en Alameda con Estado). Fue él quien le imprimió a este inmueble un estilo “ecléctico”, aunque con influencias neoclásicas.
Con el correr de los años, la casona cambió de dueños. Su penúltima propietaria fue Hilda Aguirre del Real, archivera judicial de Santiago, quien fue expulsada el año pasado por la Corte Suprema por irregularidades. Ella usaba la casa como bodega del Archivo Judicial. En 2010, y luego de un remate, un grupo de inversionistas se apoderó del inmueble.