- Salfacorp y Socovesa se ven forzadas a reestructurarse y
reducir su presencia en ingeniería y construcción. Solamente el negocio
inmobiliario y las ventas de terrenos las salva.
Fuente: El Mostrador
Salfacorp y Socovesa han decidido optar por ofertar en
obras vinculadas a montaje industrial, típicamente referido a obras para la
minería, donde la especialización es alta, hay menos actores y los márgenes son
mayores.
Santiago, Chile. 28 noviembre, 2012. La construcción en Chile vuela.
El Índice Mensual de la Actividad de la Construcción (Imacon) registra en 2012
su mejor rendimiento, creciendo 10,58 % en 12 meses y marcando el único de los
últimos ocho años con crecimiento de más de 10 %.
Las ventas inmobiliarias superaron las 33.000 unidades en los primeros seis
meses del año, empinándose como el mejor año desde 2009.
Así y todo, las constructoras no han podido descorchar vino espumoso. Dos de
las principales empresas de rubro, Salfacorp y Socovesa, han debido enfrentar
fuertes dificultades con impacto en sus resultados y viéndose obligadas a
reestructurar sus negocios.
¿La razón? El área de ingeniería y construcción, si bien ha crecido con
fuerza, les ha impedido traducir en ganancias las altas facturaciones
conseguidas.
Lo que ha ocurrido es que el negocio de construcción, en particular obras
civiles, está mostrando altos costos que no son previstos en los contratos
firmados con las empresas para las cuales trabajan.
Contratos con clientes como centros comerciales, multitiendas, estadios,
hospitales o centrales eléctricas explican parte importante de este impacto que
está viviendo la industria en su conjunto.
Las constructoras concurren a las licitaciones de empresas que requieren que
les construyan alguna obra. Estos clientes piden que les hagan ofertas de
contratos de “suma alzada”, donde la constructora estima un costo total por el
proyecto con un factor de ajuste de precio ligado a la evolución de los precios
generales de la economía (IPC). Para ello, normalmente las ofertas que hacen las
constructoras son en UF, que se actualizan mes a mes por el IPC.
Sin embargo, el IPC ha crecido por debajo de lo que crecen los costos de la
construcción. El indicador referente es el Índice de Costos de Edificación
(ICE), que publica la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
En efecto, mientras a septiembre de 2012 el IPC muestra un alza de 2,8 %
acumulada en los últimos doce meses, el ICE registra un crecimiento de 11,1 %,
es decir, cuatro veces más.
Por eso, aunque la construcción vuela alto, las constructoras no celebran
tanto.
“Efectivamente, ha habido mucho trabajo para las constructoras, pero sujeto
al alza de costos a veces se torna inmanejable. Hay variables que se escapan y
se generan los problemas. Cuando el costo de edificación sube por sobre el IPC
hay una pérdida para la constructora. Este es un fenómeno que ocurre masivamente
en el sector”, explica el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores
Inmobiliarios, Vicente Domínguez.
Debido a esto, las constructoras han decidido optar por no presentarse a
licitaciones donde se pida este tipo de contratos y aparecer únicamente en
procesos donde se pueda ofrecer un contrato “de administración”, que implica que
la constructora recibe un honorario prefijado y donde el cliente se hace cargo
de los costos.
En el caso de Salfa y Socovesa, además, han decidido optar por ofertar en
obras más vinculadas a montaje industrial, típicamente referido a obras para la
minería, donde la especialización es alta, hay menos actores y los márgenes son
mayores.
Salfa
Salfa, ligada a las familias Gárces, Montero y donde también participa Andrés
Navarro, lo sabe.
Es por lejos la mayor constructora del país. Factura más de US$ 1.800
millones al año y lidera los
ranking de ingresos en la
construcción.
Pero su intimidante presencia en este rubro le ha pasado la cuenta. Aunque
sus ingresos crecieron un 22 % a septiembre de este año, las ganancias cayeron
15,2 %. El impacto del negocio de ingeniería y construcción se notó en el tercer
trimestre, donde apenas pudo cumplir los
covenants (indicadores
financieros) que le exigen sus acreedores.
Según un informe de IM Trust, los ingresos del área inmobiliaria crecieron 40
% y el margen Ebitda fue de 6,6 %. Sin embargo, la venta de terrenos que hizo en
el tercer trimestre ($ 8.000 millones) fue vital para mostrar mejores números,
pues sin ese factor los ingresos habrían crecido 40% y el Ebitda habría sido
negativo (0,1%).
Gracias a estas ventas de paños la compañía logró mostrar un índice de
cobertura de gastos financieros de 3,11 % veces, mejor que las 3 veces que
exigen los covenants. Pero sin la venta de terrenos el indicador habría llegado
a 2,79 veces, incumpliendo lo requerido.
Los problemas no están en su negocio inmobiliario, sin duda. De hecho, vienen
creciendo sostenidamente y en el último trimestre mejorarán aun más, elevando
los márgenes de la compañía.
El problema está en el área de ingeniería y construcción (ICSA), que
representa más de dos tercios de los ingresos de la empresa.
Su Ebitda cayó 7,6 % en el tercer trimestre y las ganancias en los primeros
nueve meses del año cayeron marginalmente en doce meses. Todo esto, mientras los
ingresos de ICSA subieron 13 % en doce meses entre enero y septiembre de
2012.
La situación de Salfa se ha hecho sentir en la Bolsa. Desde que se anunció su
resultado al tercer trimestre el 21 de noviembre pasado, la acción ha caído 18
%, perdiendo parte importante de la recuperación que tuvo el papel desde fines
de agosto pasado. En el año la acción cae un 28 %.
Las AFP también han perdido la confianza. Si al cierre de 2011 tenían el
18,64 % de la propiedad, hoy tienen el 13,75 %.
Por ello, Salfacorp está readecuando su portafolio de contratos, enfocándose
con fuerza en el área de montajes industriales, donde se prestan servicios
principalmente a empresas mineras, lo que dejará mayores márgenes.
Esto explica, según IM Trust, que el
backlog (la cartera de
proyectos por ejecutar) haya caído en el tercer trimestre respecto del trimestre
anterior en un 15 %.
Junto con ello, la compañía ha estado reestructurando sus deudas. La decisión
de la compañía ha sido renovar créditos con bancos y traspasarlos a las filiales
para las cuales fueron solicitadas las platas por la matriz.
Varios créditos pedidos para Aconcagua fueron traspasados en los últimos
meses y lo mismo curre con ICSA. Salfacorp además, deberá servir nuevos
vencimientos de deuda en 2013, los cuales debieran ser refinanciados y
traspasados a sus filiales.
Socovesa
Socovesa enfrenta problemas similares, aunque con matices importantes.
En los últimos años la compañía ligada a la familia Gras decidió expandir sus
negocios, tradicionalmente concentrados en el rubro inmobiliario —donde son el
mayor actor— y ampliar el área de ingeniería y construcción, con la filial
Socoicsa.
Y si bien la firma creció en contratos, se enfrentó a un problema similar a
Salfa: los márgenes del negocio, en particular en obras civiles, son muy bajos y
a veces dejan pérdidas.
“Hemos tenido pérdidas en la filial de ingeniería y construcción. Las tuvimos
en 2011 y este año estamos terminando obras que han salido con resultados
negativos”, enfatiza Mauricio Varela, gerente general corporativo de Empresas
Socovesa.
El ejecutivo argumenta que el factor determinante en esta decisión es el
aumento estructural que están teniendo los costos, tanto en insumos como en mano
de obra.
Esto los ha hecho retroceder y optar por reducir su participación en
ingeniería y construcción, acotando su participación en licitaciones ligadas a
montaje industrial.
Varela cuenta que en algún momento las ventas llegaron a UF 3,3 millones (US$
150 millones) y hoy bordean los UF 2,2 millones. “En el mediano plazo debiéramos
estabilizarnos en torno a las UF 1,5 millones (US$ 60 millones)”, proyecta.
A septiembre, Socovesa mantenía un
backlog de UF 1,1 millón, un 30 %
menos que hace un año. Las ventas del segmento también cayeron un 32 %, con lo
cual el Ebitda negativo de la filial se elevó en casi cinco veces a $ 12.354
millones.
Igualmente afectó a Socovesa el término y cierre de proyectos con reclamos
pendientes que no han sido favorables para la compañía.
Desde que se conocieron sus resultados el 26 de noviembre pasado, la acción
cae 3 %, no obstante el registro del año sigue muy positivo con un alza de 38 %.
Y aunque las AFP tienen poca participación, igual la han reducido. A fines de
2011 poseían el 2,94 % de las acciones, cifra que cayó a 1,24 % a fines de
octubre pasado.