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lunes, 19 de noviembre de 2012

Rodrigo Pérez: “Hoy no podemos hacer nada con la Ciudad Bicentenario de Cerrillos”

 

  • El biministro de Vivienda y Bienes Nacionales habla de “proyecto paralizado”. Dice que no se pueden vender terrenos para construir casas. Pero que se está trabajando para tener todo listo una vez que la Justicia permita sacar adelante esta iniciativa.
Fuente: Pulso
Rodrigo Pérez: "Estamos trabajando en un plan maestro para darle constructibilidad y normativa urbana a los terrenos que están alrededor del parque, que son unas 150 hectáreas".
Santiago, Chile. 16 noviembre, 2012. La Ciudad Bicentenario ha sido anunciada como uno de los proyectos más emblemáticos en materia urbana. Pero no es exclusivo del actual gobierno. Es más, desde la administración de Ricardo Lagos que se viene hablando de esta ‘ciudad’ que le cambiaría la cara a Cerrillos.
Pero las disputas legales con la Federación Aérea -quienes señalan que el terreno de 254 hectáreas del Fisco seguiría siendo para uso aeroportuario- tiene congelado cualquier proyecto inmobiliario que se quiera levantar en dicho lugar. ¿Y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo? De manos atadas, esperando el veredicto. Es más, no han podido licitar los últimos macrolotes para la construcción de nuevas viviendas.
Sin embargo, fue el propio director del Serviu quien anunció la reactivación del anhelado proyecto. Eso sí, en lo que se comenzará a trabajar será en el desarrollo urbano, además de sacar adelante la aprobación de un nuevo seccional, el que buscan aprobar en los próximos meses para así llegar y vender.
Según el biministro de Vivienda y Urbanismo y de la cartera de Bienes Nacionales, Rodrigo Pérez Mackenna, aun cuando no hay fechas concretas en cuanto a lo que se aplazará este proyecto por la disputa legal, sí está confiado en que la anhelada Ciudad Bicentenario sí verá luz verde.
¿Se reactivó o no el proyecto Ciudad Bicentenario de Cerrillos?, ¿En qué está hoy?
Lo que estamos haciendo es avanzar y trabajar en un plan maestro para darle constructibilidad y normativa urbana a los terrenos que están alrededor del parque, que son unas 150 hectáreas. El parque está abierto y funcionando gracias al ministerio.
Pero hay un proceso legal de por medio…
Apenas podamos salir adelante con las disputas legales que tienen paralizado el proyecto podremos hacerlo. Estamos trabajando de forma paralela en este plan maestro y esperamos empezar con la venta de terrenos y desarrollos para construir viviendas sociales en un terreno urbano bien ubicado.
¿En qué está hoy la disputa legal con la Federación Aérea?
Hay dos temas. Un problema que objetan es que dicen que el terreno fue donado con propósitos de aeropuerto, pero no fue así. Fue para el desarrollo aeronáutico y ese juicio lo hemos ganado, ganó el gobierno. Lo otro que dice la federación es que no habríamos hecho un Estudio de Impacto Ambiental, pero lo que sí se hizo fue una Declaración de Impacto Ambiental. Entonces, a raíz de ese juicio, fue que se puso una prohibición de celebrar actos y contratos. Esto tiene paralizado la posible venta de los terrenos. Mientras tanto, como no se pueden vender terrenos sin hacer proyectos, estamos preparando todo para darle constructibilidad al terreno.
¿Cuánto más se aplazaría este proyecto?
No lo sé, depende de tribunales. No hay una fecha precisa.
¿Está confiado de que va a salir adelante el proyecto?
Yo pienso que sí. Nosotros hicimos una Declaración de Impacto Ambiental y Contraloría hizo un cambio al PRMS 80. La Contraloría tomó razón a ese cambio, pasando de aeropuerto a habitacional mixto. Ese cambio, en nuestra opinión, estuvo bien hecho y se ajustó a la normativa. Pero mientras tanto, no podemos hacer nada.
¿Entonces, en qué etapa están?
Estamos trabajando en el desarrollo urbano, pero es un trabajo interno para aprobar una seccional el día que podamos vender. Eso es lo que hay.
Ordenamiento territorial
¿Cómo está viendo la cartera de Vivienda y Urbanismo el túnel del que tanto se ha hablado por la construcción del Costanera Center? ¿Se hace o no?
Hay una serie de obras que anunció el ex ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, y que se van a desarrollar. El túnel es un compromiso de la inmobiliaria y que hay que desarrollar en la medida que el Costanera Center se complete. Pero por ahora no es un requerimiento específico. Hay una serie de obras que sí están comprometidas y otras que son parte del plan del MOP, como las mejoras viales en la zona centro-oriente y que incluye un túnel por debajo de Av. Kennedy.
¿Y con Vespucio Oriente? Sigue en suspenso y con anuncios cada tres meses. ¿Se hace o no?
Es un tema del MOP, no de Vivienda, porque es una carretera concesionada. Al MOP y a las municipalidades les corresponde sacar adelante esa obra.
¿Se expropiarán viviendas?
No lo sé, eso lo ve otra cartera. Pero lo que sí sé es que los municipios están muy reacios a que sea por túnel minero, especialmente en el oriente.
¿Cuál sería el mejor modelo de desarrollo de la ciudad?
Tuve la oportunidad de recorrer Dubai, visitamos la torre más alta del mundo -el Burj Khalifa- y es bien impresionante lo que hacen en materia de urbanismo, con una cantidad de torres y rascacielos increíble. Ha habido una inversión espectacular en 20 años. Pero el foco fue el Concejo de Riesgos Catastróficos que presidí.
Mapa territorial
Tras acordar con el grupo energético GDF Suez el traslado de la termoeléctrica Barrancones (lo que finalmente nunca ocurrió), el presidente Sebastián Piñera comprometió la elaboración de un mapa de ordenamiento territorial, que permitiría conocer las zonas aptas para determinadas industrias, entre ellas, la termoeléctrica. A más de dos años del anuncio, aún no se conoce nada oficial del mapa.
¿Ministro, este mapa tendrá validez? Las empresas, como termoeléctricas, pueden ir a juicio si no están de acuerdo con algunas determinaciones de éste.
No tengo ninguna información adicional. No es un plano para determinar dónde se instalan termoeléctricas.
Pero sí ciertas industrias.
Tampoco. Es una limitación del territorio, es poner toda la normativa vigente en un solo lugar. Pero no es un cambio a la actual normativa.
Pero a su juicio, ¿tiene validez?
No hay ningún cambio, nada. Se trata de juntar en una sola tecnología, un solo lugar, todas las indicaciones que hay sobre el territorio. Dónde están las zonas de interés turísticos, dónde están los santuarios de la naturaleza. Todo lo que hoy existe ponerlo en un solo lugar para facilitar las inversiones, pero no se trata de prohibir ni indicar nada.
¿Ese documento se va a enviar en diciembre como ya se ha dicho?
No lo sé, no he visto ningún documento con esa fecha. Llevo pocos días en el Ministerio de Bienes Nacionales, pero sé que se ha avanzado mucho en esa materia y que hay regiones con gran avance. Pero, reitero, no implica ningún cambio en la normativa.

Un tercio de las viviendas que se venden en Santiago se entrega hasta tres años después

 

  • Escasez de ofertas de casas y departamentos nuevos y la anticipación a posibles futuras alzas de precios por parte de consumidores, son los factores que explican este fenómeno.
Fuente: El Mercurio
En el segmento de las casas, la venta "en blanco" se produce cuando éstas están listas recién después de 12 meses o más desde que se reservó. Además, el proyecto no presenta obras en marcha, al contrario de la comercialización "en verde" que sí muestra faenas.
Santiago, Chile. 16 noviembre, 2012. La escasez de oferta en casas y departamentos junto con el sostenido aumento en los precios de estos productos, está impulsando a los consumidores -y también a inversionistas- a anticipar en hasta 36 meses la compra de una vivienda en Santiago.
Así, durante este año resurgió un fenómeno en el mercado inmobiliario que también se vio a mediados de los 90, antes de la crisis asiática, y en 2007, previo al colapso financiero mundial.
Se trata del concepto de venta “en blanco”, es decir, de proyectos habitacionales que cuentan con un permiso de construcción y disponen de planos, pero cuyas viviendas estarán listas recién en los próximos 24 a 36 meses, especialmente en el caso de departamentos.
Las ventas “en verde”, en tanto, muestran obras en ejecución.
Según datos de Collect Gfk, este año las ventas de iniciativas “en blanco” rondan el 4% a 5% del mercado, mientras que entre fines de 2008 y 2011 se mantuvieron prácticamente en cero, salvo excepciones en un par de trimestres en ese periodo.
A la vez, los proyectos que al tercer trimestre de 2012 se estaban comercializando a 13 y 24 meses de plazo, representaban cerca del 30% del total. A inicios de este año, ese porcentaje era de 20%, según cifras de Collect que fueron exhibidas ayer en un seminario organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el marco de la Semana Inmobiliaria.
De este modo, cerca de un tercio de los desarrollos habitacionales que se están vendiendo en la capital tendrán listas las viviendas en un plazo de entre uno y tres años. El resto es para entrega inmediata (casi 24%) o a 12 meses plazo (en torno a 43%).
“Es tanta la demanda, que las inmobiliarias están ofreciendo viviendas a 2014 a un precio similar al actual y, además, se otorga un descuento mayor al de una venta inmediata”, comentó el gerente del Área Inmobiliaria de Collect GfK, Javier Varleta.
El Past president del Comité Inmobiliario de la CChC, Cristián Armas, señaló que bajo la modalidad de venta “en blanco”, los compradores “pueden elegir las mejores ubicaciones y se aseguran un precio de promoción que puede ser 5% a 15% más barato que otras viviendas”.
Este fenómeno, recordó Armas, se dio también en 1995 y “surge cada vez que el mercado ha estado sano. Pero ahora está más fuerte porque la oferta es muy baja”.
En el Gran Santiago, el plazo para agotar el stock de viviendas es de 10,9 meses, la cifra más baja desde fines de 2006.
Para inversionistas
La venta “en blanco” también está siendo una oportunidad para inversionistas que adquieren este tipo de activos para posteriormente venderlos a mejor precio, indican en la industria.
El socio-director ejecutivo de IMTrust, Guillermo Tagle -quien participó en el seminario de la CChC-, comentó que en la medida de que las personas vean que la tendencia de aumentos de precios llegó para quedarse y que existen desarrolladores inmobiliarios serios, “se puede justificar y sustentar ese tipo de inversiones”.
Recordó que en el boom inmobiliario de inicios de los 90, en la zona de La Dehesa, las viviendas registraban listas de espera de hasta tres compradores.
Cristián Armas añadió que actualmente hay “compradores profesionales” que están atentos a los lanzamientos de nuevos proyectos inmobiliarios y que apenas estos aparecen en línea, toman posiciones de viviendas en blanco”.
A la vez, en el sector comentan que este fenómeno es una muestra de que los consumidores sienten confianza en la economía nacional y en sus propias proyecciones laborales, pues de lo contrario no comprarían.
Boom de ventas en unidades y en valor
Este año, las ventas de viviendas nuevas en el Gran Santiago se situarían entre las 37.000 a 38.000 unidades, lo que podría asemejarse al récord de 2007 y superaría las cerca de 34.000 unidades de 2011.
A la vez, el gerente del Área Inmobiliaria de Collect, Javier Varleta, señaló que en valor, la comercialización de casas y departamentos rondará los UF 118 millones, cifra que también será inédita en la capital.
En cuanto a precios, según Collect, actualmente la venta de departamentos por metro cuadrado en el Gran Santiago se dirige a las UF 45. Esto es un salto importante respecto de las UF 35/m2 que se observaban a fines de 2009.

Cifras
52 proyectos nuevos se incorporaron a la oferta pública del Gran Santiago en el tercer trimestre de este año, lo que significó una fuerte baja respecto de las 86 iniciativas que ingresaron en el segundo trimestre de 2012.
9,1 meses es el plazo en que se agotarían las casas nuevas en oferta en la capital. Ello, si no se añadiera ninguna unidad en el futuro. En el caso del segmento de los departamentos, el lapso para que se termine el inventario es de 11,5 meses.
34,9% de la oferta de departamentos al tercer trimestre estuvo en la comuna de Santiago. Otro 11,3% se encontró en Ñuñoa y 7,9% en Las Condes. En casas, el mayor porcentaje de las unidades disponibles está en Colina (16,8%).

Inversión en jaque: Ranking de proyectos que han enfrentado mayor oposición en Chile

 

  • Cien son los proyectos ranqueados en el primer estudio sobre conflictos socioambientales que han sacudido al país en la última década. Casi todos siguen vigentes. Grupos opositores cada vez más organizados ponen en peligro inversiones por miles de millones de dólares. ¿Cuáles son las iniciativas afectadas? ¿Cómo se organiza la resistencia? ¿Por qué se oponen?
Fuente: Qué Pasa
SIAE trabajó en base a un universo que incluye a todos los conflictos socioambientales registrados en Chile desde el 2000 hasta la actualidad. La fecha de cierre para la recolección de datos fue el 9 de julio de 2012. El procesamiento de ellos finalizó el 31 de agosto.
Santiago, Chile. 16 noviembre, 2012. El 31 de octubre se paralizó, una vez más, el megaproyecto minero Pascua-Lama. En esta oportunidad la determinación no vino de las autoridades medioambientales. Fue el Sernageomin el que resolvió que las actuales faenas de Barrick en la Región de Atacama ponían “en riesgo la vida, salud e integridad física de los trabajadores”: había exceso de material fino en suspensión. La minera canadiense había logrado sortear a lo largo de los últimos años una serie de trabas para operar sin contratiempos. Hasta ahora. El actual escenario puso nuevamente a la empresa en jaque.
No son los únicos. En el último tiempo y a lo largo de todo el país decenas de proyectos de distintos rubros han sufrido oposición. Algunos más que otros. Con mayor o menor violencia. Con más o menos efectividad. Varios con visibilidad. Muchos sin y con más o menos recursos.
Con todo, la multiplicación de los oponentes ha generado un escenario de incertidumbre en el empresariado al momento de tomar la decisión de invertir en iniciativas de envergadura. Sobre todo porque estamos frente a una sociedad cada vez más empoderada y participativa. Una comunidad que ya no sólo se moviliza ante los problemas que la aquejan directamente, sino que también para defender el medioambiente como ideología; por los cambios de calidad de vida de la población; la escasez de ciertos recursos -un 56% de los conflictos tienen como origen el agua- y la falta de transparencia e irregularidades en los procedimientos de evaluación ambiental y el manejo de las propias empresas.
No sólo la gente está más receptiva a esta problemática. También las autoridades. De ahí que analizar las causas y los efectos de los conflictos socioambientales en Chile sea hoy un imperativo, sobre todo cuando existen grandes sumas de dinero involucradas.
De hecho, según cifras del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA), de los 10 proyectos con mayor inversión comprometida, siete se encuentran hoy con algún tipo de traba, ya sea por algún dictamen judicial o alguna decisión gubernamental. Estos son: Cerro Casale, Castilla, HidroAysén, El Morro, Energía Minera, Pascua-Lama y Punta Alcalde. El monto de inversión de estos proyectos “en incertidumbre” asciende aproximadamente a US$ 20.000 millones.
Para entregar luces respecto de esta problemática, Qué Pasa tomó como base el estudio realizado por la consultora SIAE -firma dedicada al análisis estratégico de conflictos-, la cual elaboró una completa radiografía con los 100 proyectos que han enfrentado mayor oposición socioambiental en el país en los últimos doce años. Aquí, lo que prima es la intensidad del conflicto: nivel de articulación de la oposición, cantidad de actores, involucramiento de ONGs, años de conflicto, cobertura comunicacional y si las iniciativas han sufrido judicialización tanto nacional como internacional, entre otras variables.
A partir de esto, se elaboró un ranking histórico que logra dibujar un acabado panorama de cómo el país vive hoy este delicado panorama.
Así se organizan
Según el catastro de SIAE -elaborado por el cientista político de la UC Diego Sazo y otros tres profesionales a su cargo-, la oposición a estos proyectos se articula de maneras diversas en cada una de las industrias. Hay distintos actores. El activismo ciudadano es uno de los que participan en mayor cantidad de casos (62%). Se trata de individuos que se organizan y movilizan por la causa, a pesar de no ser de la comunidad directamente afectada. El ejemplo de Barrancones grafica esta tendencia: miles de personas se movilizaron a lo largo de Chile. Aunque con bastante menor intensidad, las ONG también son protagonistas en estas causas. Si bien, cuando actúan su acción es poderosa, sólo eligen algunos casos para intervenir: los que concitan mayor tamaño de inversión y cuando el supuesto impacto al ecosistema es importante. Probablemente esto sucede ya que sus recursos son escasos y estas controversias medioambientales tan significativas les permiten atraer dinero.
La oposición local se presenta en el 95% de los casos ya que reciben los impactos de la inversión directamente. Dentro de este grupo se encuentran también las autoridades políticas. De esta manera, legitimizan su reputación en las bases.
Además de las oposiciones ideológicas, indígenas y gremiales, destaca la oposición mediática. Ésta agrupa a líderes de opinión pública que contribuyen al posicionamiento de la resistencia. Muchos de ellos operan a través de las redes sociales, otra herramienta que ha ido ganando terreno. Sin embargo, no siempre las controversias donde hay una amplia capacidad organizativa y comunicacional se traducen en la paralización de proyectos. Casos emblemáticos en esta línea son Alto Maipo, Codelco Ventanas, Mina Invierno y Los Robles. En este último, por ejemplo, hubo gran cobertura mediática: la comunidad construyó el ataúd más grande del mundo en protesta contra la termoeléctrica de Gener. No tuvo efecto.
Así como difieren los actores que se oponen a los megaproyectos, también existen diversas estrategias para intentar detenerlos. La herramienta judicial asoma como la más relevante. De los 100 casos, 67 se encuentran con indicios de judicialización, y siete de ellos ya tienen sentencia definitiva.
Este instrumento se ha hecho cada vez más común en los últimos 12 años. Es más: desde 2008 la cifra se ha duplicado. Según el SEA, el promedio de juicios ambientales hasta ese año se reducía a nueve anuales. Entre 2009 y 2011 el número aumentó a 17 recursos presentados cada 12 meses.
En este campo, uno de los caminos que más se han incrementado es el uso del Convenio 169 de la OIT, el cual establece que las comunidades indígenas que se sientan afectadas por algún proyecto pueden hacer valer sus derechos ante la justicia. En Chile, aunque estuvo en tramitación durante 18 años, entró en vigencia en 2009. Desde entonces, se han registrado 17 recursos de este tipo, lo que es una cifra significativa, considerando que comenzó a regir hace sólo tres años. Esto indica que los empresarios deberán lidiar contra este instrumento cada vez con mayor frecuencia. Hasta la fecha, tres de ellos -Paguanta, El Morro y Parque Eólico Ancud- han sido paralizados utilizando este convenio, pese a que tuvieron escasa cobertura mediática.
No obstante la proliferación de esta estrategia en el territorio nacional, las causas no han traspasado en gran medida las fronteras. Sólo dos de los casos mencionados en el ranking han terminado en una instancia internacional: Pascua Lama y Endesa Alto Biobío, ambas en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Hace menos de un mes, de hecho, la comunidad pehuenche que se opuso a este último proyecto envió un documento a esta comisión donde expone eventuales incumplimientos del Estado en materias de compensaciones.
Además, de la estrategia judicial los oponentes han buscado otras maneras de enfrentarse a planes de inversión: los medios de comunicación, que principalmente se enfocan en casos de alto impacto público, como situaciones de estallidos sociales. Por ejemplo, Barrancones y Agrosuper Freirina, por nombrar algunos de los ocurridos en el último tiempo. La violencia es otros de los recursos que se utilizan, pero ésta sólo se restringe a situaciones puntuales que perjudican directamente a las comunidades en el corto plazo.
Industrias cuestionadas
La mayoría de los conflictos, según el estudio de SIAE, se presentan en el norte del país. No es casualidad. En esa zona se concentran los proyectos mineros, rubro que representa el mayor porcentaje de conflictividad: 29% de los casos. Las reclamaciones más comunes en esta industria se dan por la contaminación del agua y el agotamiento de las cuencas. Pero hay otros factores: polvo en suspensión, tronaduras, población flotante y presencia de relaves tóxicos cerca de asentamientos humanos. En estos casos es común observar una oposición que despliega acciones asistémicas y altos grados de movilización. Un 69% de los conflictos, además, han sido judicializados.
En términos de industria, las inversiones hidroeléctricas ocupan el segundo lugar de conflictividad (22%). En estos casos la mayor preocupación se produce por la inundación de tierras cultivables y sagradas (en el caso mapuche), efectos negativos en la biodiversidad, disminución en el cauce de los ríos y desplazamientos de las personas. En este rubro se recurre ampliamente a la herramienta judicial.
Muy de cerca, con el 21% de los casos, le siguen las termoeléctricas. Éstas se encuentran a lo largo de casi todo Chile. La conflictividad es alta, pues hay una amplia conciencia social de los perjuicios que esta industria puede traer a la comunidad. De ahí, que la resistencia sea más articulada, e incluso más violenta.
En el catastro de SIAE también se mencionan otras industrias resistidas por la población. Entre ellas, la forestal, la salmonicultura, agroindustria, construcción y energías renovables no convencionales. A pesar de todo, 58 de los proyectos mencionados por el ranking -con mayor o menor rechazo- están en operación. Y otros 11 se encuentran a la espera de la aprobación desde la autoridad ambiental.
Ficha metodológica
SIAE trabajó en base a un universo que incluye a todos los conflictos socioambientales registrados en Chile desde el 2000 hasta la actualidad. La fecha de cierre para la recolección de datos fue el 9 de julio de 2012. El procesamiento de ellos finalizó el 31 de agosto. Los datos que se presentan en el estudio corresponden a información pública disponible en instituciones del Estado, investigaciones académicas y medios de comunicación tradicionales y digitales. Para establecer el ranking se utilizaron diversas variables. Entre ellas, las concernientes a los grupos opositores (nivel de articulación, cantidad de actores, involucramiento de ONGs), la cobertura comunicacional y la judicialización, entre otras.
Inversión en jaque

1. Pascua-Lama (Minería/ Con trabas)
Es el único proyecto minero binacional hoy vigente en el país. Ubicado en la cordillera de los Andes, sobre el límite internacional chileno-argentino, al suroriente de Vallenar. Se trata de una explotación a rajo abierto, propiedad de Barrick Gold, que busca extraer minerales como oro, plata y cobre. Si bien, se aprobó en 2001, sólo en 2009 se inició la construcción de obras preparatorias. Antes, debió enfrentar la poderosa resistencia de la comunidad. La piedra de tope para la ejecución de la iniciativa tiene que ver con el impacto de la mina en el nacimiento de los cursos del agua del valle del Huasco y los glaciares que alimentan los ríos donde vive la población, además de la contaminación de éstos. El conflicto ha logrado posicionarse a nivel nacional e internacional a través de un movimiento ciudadano conocido como “No a Pascua-Lama”. Además, ha tenido una alta participación de ONGs, como GreenPeace y Chile Sustentable. Aunque Pascua-Lama se mantuvo sin trabas hasta hace pocos días, hoy se encuentra paralizado.


2. Hidroaysén (Hidroeléctrica/ Con trabas)
Se trata de la iniciativa hidroeléctrica más grande del país. Tanto por su envergadura como por su impacto. La oposición al megaproyecto deriva principalmente de las consencuencias de intervenir la Patagonia y la instalación de una línea de transmisión de más de dos mil kilómetros. Desde un primer momento, el proyecto generó una fuerte oposición por parte de la ciudadanía, ONGs nacionales e internacionales y grupos filantrópicos. De hecho, la resistencia se institucionalizó bajo el consejo de Defensa de la Patagonia con la campaña Patagonia sin Represas. Si bien las represas ya fueron aprobadas, aún falta que se de el vamos a la línea de transmisión. Colbún, que junto con Endesa Chile querían concretar el proyecto, ha suspendido indefinidamente la presentación del informe de Impacto Ambiental relativo a esta parte del nuevo plan.


3. Endesa Alto Bío Bío (Hidroeléctrica/ Sin trabas)
Este conflicto involucra a la central hidroeléctrica Pangue y Central Ralco, ambas de Endesa. Están ubicadas en la VIII Región y la discordia se remonta a 1990, cuando el gobierno de Patricio Aylwin autorizó la construcción de Pangue, etapa inicial de un megaproyecto que incluía otras seis centrales en el sector. Aunque ésta generó gran resistencia, finalmente la justicia le dio luz verde. Sin embargo, cuatro años después el conflicto se agudizó con el anuncio de una segunda central: Ralco. No sólo por el impacto medioambiental, también por la erradicación de familias pehuenches debido a la inundación de la zona. El conflicto se extendió por años y recién en 2003 las hermanas Quintremán -líderes de la oposición- llegaron a acuerdo con la empresa. Hoy, sin embargo, el proyecto vuelve a la palestra: la comunidad presentó un informe a la Comisión Interamericana de DD.HH. de la OEA donde exponen eventuales incumplimientos del Estado en materia de compensaciones.


4. Celco Valdivia (Forestal/ Con trabas)
Ubicada en la región de Los Ríos, fue inaugurada en 2004. Desde entonces la planta de celulosa -controlada por el grupo Angelini- ha enfrentado conflictos permanentes con la comunidad debido a polémicas medioambientales. La primera de ellas tiene que ver con el conflicto en el río Cruces debido a la muerte e imigración masiva de cisnes de cuello negro y contaminación de sus humedales. El problema generó la movilización de la población, la cual finalmente logró que la Conama solicitara un estudio que comprobara la culpabilidad de la firma en el tema. Con esto se llevó el caso al Consejo de Defensa del Estado. En 2005 se suspendió temporalmente la planta. Hoy la problemática se centra en la idea de la empresa de instalar un ducto de residuos industriales en la costa valdiviana, específicamente en Mehuín. Sus pescadores rechazan de plano esta iniciativa. Este nuevo proyecto se encuentra siendo evaluado, después de bastanta controversia, en el comité de ministros.


5. Minera Los Pelambres (Minería/ Sin trabas)
Ubicado en la IV Región, este proyecto minero perteneciente a Antofagasta Minerals -controlada por el grupo Luksic- enfrenta disputas con la comunidad desde que desembarcó en la zona a fines de los 90. Tres han sido los temas en conflicto: la negativa a la instalación de un terminal marítimo; la resistencia a la construcción de nuevos tranques de relave y la expansión de la empresa y las acciones para impedir la construcción del tranque de relaves El Mauro. Con todo, lo que ha primado es el conflicto permanente que involucra a las comunidades del Choapa y su negartiva al impacto que produce una minera en un valle agrícola habitado por más de 40 comunidades. Por ello, se ha visto incluso acciones de fuerza directa y judicialización del conflicto.

La soterrada disputa entre los dueños de malls y las constructoras

 

  • Son conflictos que se mantienen bajo siete llaves. ¿El origen? Firmas como Mall Plaza y Ripley mandatan la construcción de un nuevo mall. Cierran un contrato con una firma especializada. Hasta ahí, todo bien. Los problemas, explican fuentes de ambas industria, han llegado por los cambios en las especificaciones de la obra y alzas de costos ¿Y quién se hace cargo?
Fuente: Pulso
De perder estos juicios, muchas constructoras podrían caer en situación de quiebra, pues la mayoría de las que aborda este tipo de proyecto obtiene utilidades que no superan el 7%.
Santiago, Chile. 16 noviembre, 2012. Son disputas que se mantienen bajo siete llaves. Constructoras que se están enfrentando con operadores de centros comerciales. ¿El origen? Empresas como Mall Plaza y Ripley mandatan la construcción de un nuevo mall. Cierran un contrato con una firma espacializada. Hasta ahí, todo bien.
Los problemas, explican fuentes de ambas industria, han llegado por los cambios en las especificaciones de la obra y el alza en el valor de los insumos y, principalmente, de la mano de obra. ¿Y quién se hace cargo?
Entre las constructoras achacan responsabilidad a las empresas que mandatan la obra, que muchas veces superan los US$ 100 millones en inversión.
No obstante, los operadores de centros comerciales dicen que ellos firman contratos y que no se mueven de ese marco legal.
“Cuando hay discrepancias se recurre al inspector técnico de obras como mediador. Si él no resuelve, hay hartos otros agentes de la construcción que ofician de mediadores para resolver y evitar este tipo de conflictos. Cuando se llega al arbitraje de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) es porque se ha pasado por todas las instancias antes sin llegar a acuerdo”, explica Ricardo de la Masa, socio del estudio de la Maza y Cía., expertos en inmobiliaria y construcción.
Actualmente hay varios juicios por esta materia, tanto en la CCS como privados. Uno de los abogados que lidera la mayor cantidad de este tipo de litigios es Juan Eduardo Figueroa Valdés, del estudio Figueroa, Illanes, Huidobro, Salamaca.
La constructora Sigro se ha enfrentado con Mall Plaza por varios de sus centros comerciales en construcción. El consorcio Socovesa-Cypco con Ripley por el mall de Concepción, y Delta con Parque Arauco.
Son disputas que se mantienen bajo siete llaves. Las constructoras prefieren no levantar mucho la voz, porque el adjudicarse un contrato para levantar un centro comercial le inyecta liquidez para realizar otros proyectos de oficinas y/o habitacionales. Y pelearse con un grande les puede significar perder para siempre participar en el negocio de construir malls.
Por eso, muchas constructoras evitan recurrir a la justicia. Hasta cuando se corta el elástico, dice una fuente del sector. “Muchas constructoras han quebrado por este tema”, afirma.
La fórmula
En la industria explican que muchas veces las constructoras trabajan con presupuestos estimativos. Un incentivo perverso, dicen, pues mientras más suben los costos, más se los suben al mandante.
Cuando no hay mucha caridad respecto de cómo va a evolucionar la obra, se hace un contrato por administración. Una situación riesgosa, añaden conocedores de este tipo de contratos, pues casi siempre se hace con un presupuesto que termina siendo mucho más alto.
El otro contrato se llama de suma alzada: se enumeran una serie de partidas proforma (aire acondicionado, piso de cerámica, climatización, entre otros) que el mandante optar por hacer él mismo y se le paga a la constructora un contrato por administración.
Los conflictos más comunes que llegan a arbitraje son, en su mayoría de los casos, por los sobrecostos extraordinarios por alzas en la mano de obra y demora en las entregas. Si una constructora se demora tres meses más, es una planilla más por tres meses.
La defensa
Los operadores de centros comerciales prefieren no hablar. Dicen que ellos firman contratos y que hay instancias para discutir desavenencias. “Nadie obliga a nadie a firmar un contrato. Si no gusta no se firma y listo. Las constructoras pueden decir que no si les parece que hay un abuso”, dice un ejecutivo ligado a una de las grandes empresas que desarrollan centros comerciales en el país.
No obstante, desde una constructora la mirada es completamente distinta. “Los contratos son leonidos. Hay muchos abusos, pero las constructoras no pueden hacer mucho porque necesitan cerrar el contrato para hacer una obra como un centro comercial”, dice la misma fuente que pide reserva de su nombre.
Todos coinciden en que los conflictos se origina por falta de claridad, que no resguardaron las alzas en los costos de mano de obra y la consecuente demora en las entregas, producto de la falta de trabajadores calificados.
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) está monitoreando la situación. Pulso intentó conococer su versión, pero no emitió comentarios. “Evidentemente no quiere que su gente empiece a quebrar por este tipo de conflictos”, dice un cercano al gremio.
El tema no es menor. Tres de cada 20 conflictos entre mandantes y grandes constructoras llegan a juicio arbitral.