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viernes, 23 de noviembre de 2012

Salfacorp sigue sudando para cumplir “covenants” y no logra aprovechar el boom inmobiliario

 

  • Santander se suma a IM Trust en expresar preocupación por sus niveles de deuda. Su ganancias cayeron en el tercer trimestre y se vio forzada a vender terrenos para mantenerse al día con sus compromisos financieros.
Fuente: El Mostrador
Uno de los caminos para zanjar las dificultades financieras es concentrar las deudas en las distintas unidades de negocios, principalmente la inmobiliaria Aconcagua y la empresa Ingeniería y Construcción (I&C).
Santiago, Chile. 22 noviembre, 2012. Difícil año para la mayor constructora de Chile, Salfacorp.
La empresa controlada por las familias Garcés y Montero, y que entre sus accionistas incluye a Andrés Navarro, ha seguido pagando el costo de la compleja adquisición de la constructora Tecsa y ha tenido que enfrentar un año ingrato en que, si bien sus ventas crecen acorde con la economía, no han podido llevarlo a resultados.
A consecuencia de ello, además, han visto muy estrechos sus indicadores financieros, ubicándose por momentos al borde de incumplir las exigencias de capacidad de pago de deudas acordadas por sus acreedores (covenants). El mercado la ha castigado. Sus acciones han caído un 20 % en los últimos 12 meses y 12 % en lo que va del año. Hoy seguían cayendo (3,5%) luego que Santander expresó preocupación por la deuda que acarrea. Sus acciones son las peores del IPSA después de Multiexport en los últimos 12 meses.
Al tercer trimestre de 2012 Salfacorp informó una caída de 15,2 % en sus ganancias acumuladas del año a $ 9.008 millones, pese a que sus ingresos suben como espuma en 21,9 % a más de US$ 1.550 millones, impulsados por el fuerte crecimiento de la inversión en Chile y por la dinámica actividad del sector inmobiliario.
IM Trust observa que en el tercer trimestre, SalfaCorp salvó con lo justo para cumplir con las exigencias de los acreedores, situación que ha venido sufriendo todo el año. Ayer rebajo su recomendación de Comprar a Mantener.
Y lo justo fue la venta de terrenos por parte de Aconcagua, su inmobiliaria. Solamente en el tercer trimestre, según un informe de Penta, se vendieron paños por $ 8.000 millones más que en el mismo lapso de 2011.
Con las ventas, los ingresos del negocio inmobiliario crecieron un 40 % y el margen Ebitda llegó a 6,6 %. Pero según IM Trust, sin la venta de los paños, los ingresos habrían subido 24 % y el margen Ebitda habría sido negativo (0,1 %).
Aun más, este “ingreso no recurrente” como se señala a la venta de terrenos, permitió a la empresa cumplir con las exigencias de los acreedores.
Según el reporte elaborado por Javier Gunther, analista de IM Trust, Salfacorp alcanzó un nivel índice de cobertura de gastos financieros de 3,11 veces, lo que supera el mínimo exigido de 3 veces.
No obstante, advirtió la corredora, sin la venta de los paños, el índice habría llegado a 2,79 veces, quedando bajo la exigencia.
Para el analista de Penta, Rodolfo Tapia, “obviamente el tener un cobertura de gasto financiero sobre 3 veces fue ayudado netamente por la venta de terrenos y activos provenientes de Tecsa”, enfatiza.
En su opinión, la situación de Salfacorp debiera mejorar en el último trimestre por la concreción de numerosas promesas de compraventa de Aconcagua.
El negocio de Ingeniería y Construcción (que representa el 72 % de las ventas) creció 6,1 % en sus ingresos, el margen Ebitda llegó a 4,5 %. El alza revela, según la corredora, la confirmación de que se está reduciendo el crecimiento en este rubro, debido a la decisión de la empresa de enfocarse en proyectos más rentables.
Esto permitirá elevar el margen Ebitda del ítem a niveles de 5 % de 2012, creciendo 50 % en relación a 2011. En la misma línea el backlog (carpeta de proyectos a realizar) cayó 15 % en el tercer trimestre en relación al segundo trimestre hasta los US$ 1.620 millones.
Salfacorp avanza en su reestructuración
Uno de los caminos para zanjar las dificultades financieras es concentrar las deudas en las distintas unidades de negocios, principalmente la inmobiliaria Aconcagua y la empresa Ingeniería y Construcción (I&C).
Salfa informó que tras cerrar el tercer trimestre acordó un par de renovaciones de créditos, los que fueron trasladados a sus unidades de negocios. Un crédito por $ 4.600 millones con Banco de Chile que asumió como propio Ingeniería y Construcción, y otro por UF 450.000 (unos US$ 21,400 millones) con BCI que dejará como deudor a Aconcagua. En ambos casos, Salfacorp no será aval, y en el último de los préstamos se elevará en un año el plazo de vencimiento.
La reestructuración de las deudas de Salfa ya se inició el trimestre anterior, con una refinanciación de UF 2 millones, conforme explica Rodolfo Tapia, analista de Penta.
El próximo deberán pagar al cierre de mayo un bono de UF 2 millones, para lo cual la compañía estaría estudiando obtener créditos de corto plazo con la banca, pues tienen disponible una línea de crédito de UF 4 millones.
Sin embargo, no es bien visto en el mercado esta operación dado que a esa fecha el sistema financiero local e internacional puede tener dificultades de liquidez y eso podría dificultar obtener préstamos o en su defecto, hacerlo muy caro.
La estrategia de Salfacorp ha permitido, además de quitarle presión a los índices financieros de Salfa, reducir en un 23 % los pasivos financieros de largo plazo, aunque aumentaron los de corto plazo en 119 %. En esto influye el financiamiento que requiere el negocio inmobiliario para llevar a cabo sus proyectos.
Junto con los temas financieros, Salfa viene reestructurando su negocio para enfocarse en las áreas donde obtiene mejores márgenes.
Es conocido en el sector que su área de ingeniería y construcción, por lejos el principal negocio de la empresa, lidera el mercado, con altas facturaciones, pero con poco espacio de ganancia.
Por ello, está reajustando su portfolio de proyectos y enfocándose en áreas de mejor margen como la de montajes industriales, en obras mineras y de energía, entre otras.
Atrás irán quedando, lo que algunos llaman, servicios commodities, como es la construcción, donde existe una fuerte competencia, que obliga a justar precios para ganar licitaciones, pero sacrificando márgenes.