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martes, 18 de junio de 2013

Administración de Salfacorp contrata a Banchile para evaluar su división


  • Al interior de la firma hay voces que dudan de las ventajas de la operación. Analistas dicen que el gran problema no se ha resuelto: dónde quedarán los bonos en caso de una separación.
Fuente: Diario Financiero
Gráfico: Salfacorp, comparación con su competencia.
Gráfico: Salfacorp, comparación con su competencia.
Santiago, Chile. 17 junio, 2013. A fines de marzo Salfacorp anunció que analizaría la posibilidad de dividir la sociedad en dos, tal cual son hoy sus unidades de negocio: Ingeniería y Construcción (ICSA), por una parte, y Aconcagua, su brazo inmobiliario. Entonces, el directorio de la firma dio un plazo de 120 días a la administración para ver los pormenores del tema.
Según cercanos, la administración ya habría contratado a Banchile para realizar las evaluaciones. Ahora falta que el directorio de la compañía también escoja a un asesor financiero, lo que podría ocurrir en la reunión de la mesa de fin de mes.
El objetivo final de Salfacorp es que la calificación de la empresa -o las firmas si es que se aprueba la escisión-, junto con la trayectoria de la acción, puedan mejorar. La justificación de Salfacorp es que el mercado no ha entendido las diferencias de las dos unidades de negocios, lo que ha castigado a la compañía.
La pregunta es por qué 
otras firmas semejantes, como Besalco, no se han visto golpeadas. Un analista comenta que ello se explica por los segmentos de negocio de las compañías. Mientras en Besalco un 60% de su Ebitda provendría del área de maquinarias, en Salfacorp la mayor proporción, sólo en ICSA, es montajes. “Serían dos animales diferentes”, aseguran.
Gráfico: Ingresos por segmento IPSA
Gráfico: Ingresos por segmento IPSA
El problema

En cualquier caso, en la industria discrepan del análisis que existe al interior de Salfacorp. Según Pedro Letelier, analista de CorpResearch, el mercado comprende que operacionalmente las firmas podrían estar separadas y, que también el mercado ha aprendido a leer a la empresa. “El gran problema de la firma es su endeudamiento. Aunque logró bajar la deuda bancaria, aún quedan los bonos. El año pasado Salfacorp estaba complicada con los covenants de los mismos. La duda es qué se hará con los bonos si se divide al firma”, señala.
Si se va todo a la filial inmobiliaria, el golpe sería duro, considerando que sus ciclos son más extensos y es muy intensiva en uso de capital. En tanto, si traspasa todo a ICSA, no habría razón de ser para la división, explica Letelier. “El gran driver de la separación, es dejar libre a ICSA, que tiene más posibilidades de desarrollo”, añade.
El asunto es que la firma no ha logrado responder a esta duda, comenta otro analista. De hecho, en la última reunión con la empresa, ésta no respondió a esa única pregunta que le hicieron, dijo.
Además de eso, en el mercado la posibilidad de que la sociedad se divida en dos es vista con recelo. Razones hay varias. La primera de ellas es que si la división se concretara, los títulos tendrían una menor liquidez que la acción consolidada, por lo que sería más difícil entrar o salir de esa inversión. Además, los papeles tendrían un menor peso en los índices y una menor visibilidad.
Por otro lado, también consideran que habría una menor sinergia en este esquema de integración vertical y menor estabilidad en los flujos, especialmente porque mientras el negocio inmobiliario es inestable, todo lo contrario ocurre en el negocio ingeniería y construcción.
Al interior

De acuerdo con fuentes de la industria, al interior de la firma ya hay voces de que la división no sería necesaria, considerando el interés original: que el mercado pudiera leer bien los dos negocios, muy distintos entre sí.
Cercanos cuentan que la compañía ha tomado ciertas medidas en el camino que han ido logrando ese objetivo: se han separado en la entrega de resultados las dos unidades, además hay mayor información en los mismos.
En todo caso, cercanos al proceso afirman que la decisión no ha sido tomada aún, pues el informe de Banchile no ha concluido y recién se presentará al directorio en unas dos semanas. Además, éste debe contratar su propio asesor financiero e incluso podría extender el plazo de 120 días autoimpuesto, para poder dar mayor tiempo a los estudios, si fuera necesario.