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viernes, 7 de junio de 2013

Guzmán & Larraín planea invertir US$ 700 millones en próximos 5 años


  • Proyecta facturar UF 2,5 millones en 2013 con proyectos inmobiliarios en Santiago y regiones.
Fuente: La Tercera
Nicolás Guzmán, gerente general de Empresas G&L.
Nicolás Guzmán, gerente general de Empresas G&L.
Santiago, Chile. 6 junio, 2013. La administración de Empresas Guzmán & Larraín -constructora e inmobiliaria fundada por el presidente de AFP Habitat, José Antonio Guzmán, y Juan Larraín- lleva ya buen tiempo en manos de la segunda generación. La gerencia general está a cargo de Nicolás Guzmán, ingeniero civil de la UC y MBA de la UCLA; mientras la gerencia de finanzas y desarrollo inmobiliario la encabeza Rodrigo Meyer, yerno de Larraín, también ingeniero civil de la UC. El resto del equipo lo conforman 1.200 empleados directos y una cifra similar de subcontratados.
Nicolás -quien aterrizó en la firma tras volver de California en 1999 y hacia 2005 asumió la gerencia general- cuenta que en sus 33 años de historia han mantenido su foco en el desarrollo habitacional, donde planean invertir US$ 700 millones en el período 2014-2018, a razón de US$ 150 millones por año.
Lo que sí cambiaron fue el segmento: “Partimos con viviendas sociales, como contratista del Serviu, pero el 97 entramos al segmento medio, del orden de UF 1.800, que hoy equivalen a UF 3.000, el más grande del mercado”. Pero tienen productos desde UF 1.500 a UF 9.000.
La diversificación geográfica es uno de los pilares de su estrategia: 60% de sus proyectos están en regiones y el resto en el área Metropolitana. Por lo mismo, en la década pasada apostaron a la internacionalización y se aprestan a retomar la actividad en EEUU.
“La empresa partió en el norte porque vivimos allá cuando mi papá trabajaba en Möller, lo que le permitió conocer ese mercado”, explica Guzmán. Y por lo mismo captaron el reciente boom en esa zona desde el comienzo: están en Arica, Iquique y Antofagasta. En todo caso, advierte que para la crisis asiática la actividad en estas zonas se resintió fuerte: “Hoy son atractivas porque hay ciudades con mucho crecimiento, pero como son mercados más chicos cuando la demanda se acaba, lo hace abruptamente”.
El ejecutivo destaca que allá el encarecimiento de la mano de obra fue mayor que en otras partes del país, debido a la competencia de las mineras: “Si en el resto del país subió 10%, allá lo hizo en 50%”. Ante esta realidad decidieron capacitar mujeres, lo que les ha dado resultado. Destaca que la flexibilidad laboral ha beneficiado a los trabajadores de la construcción con alzas salariales de hasta 100%.
Respecto de los precios en las regiones Primera y Segunda dice que, pese al alza, un departamento de buen nivel en Iquique y Antofagasta sigue siendo más barato que en Viña del Mar. En casas el panorama difiere: las del segmento alto en Antofagasta valen lo mismo que en La Dehesa: “Ya no hay terrenos para casas a un costo razonable. En Iquique hacen algo en Alto Hospicio”.
Mercado metropolitano
En la Región Metropolitana están con tres proyectos y tienen terrenos para desarrollos en el largo plazo: 20 hectáreas en Huechuraba y cerca de 30 en Maipú. “En cambio en Las Condes, Vitacura, Providencia y San Miguel salimos a comprar spot. La escasez es evidente”, comenta. Por eso en ellas sólo construyen edificios, de entre 120 a 150 departamentos: “En estas comunas no nos embarcamos en terrenos grandes, porque el costo de estar parados dos a tres años es alto”.
Sobre las perspectivas del mercado, afirma que el fuerte crecimiento de precios de los últimos tres años se ha estabilizado: “Seguirán subiendo, pero a tasas acotadas”. Y en cuanto a la demanda, admite que ha bajado un poco, pero no se ha notado porque a la vez se redujo el stock.
A su juicio, la oferta de terrenos no crecerá mucho más con la modificación del plan regulador: “Aunque se podrían generar superficies, dadas las exigencias del PRMS en áreas verdes, mitigaciones viales, ambientales y sociales, no serán tan baratas”.
En materia de costos detalla que, además de la mano de obra, subieron los relacionados a la construcción en altura por las nuevas regulaciones tras el terremoto de 2010: “En algunos edificios la cantidad de fierro subió 30% a 40% y se encarecieron las instalaciones sanitarias y eléctricas”.
Guzmán comenta que siguen con atención las señales de desaceleración de la economía y el ambiente electoral. En línea con esto apuestan a mantener un crecimiento cauteloso y a retomar la internacionalización.
La compañía estima una facturación de UF 2.500.000 en 2013, algo por sobre el nivel que traía en 2011, ya que el año pasado bajó sus ventas a casi la mitad por un tema cíclico en la ejecución de algunas obras.
Hoy desarrolla 13 proyectos en paralelo, volumen que mantendrá en 2014 y 2015.