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viernes, 7 de junio de 2013

Cómo enfrentar los incendios subterráneos en edificios residenciales


  • Expertos señalan, por ejemplo, que no se pueden almacenar en bodegas u otras unidades del edificio artículos o elementos inflamables, como los bidones de parafina, balones de gas licuado, entre otros.
 Fuente: El Mercurio
Se deben tener, por ejemplo, los extintores correctos según el sector que se desea proteger.
Se deben tener, por ejemplo, los extintores correctos según el sector que se desea proteger.
Santiago, Chile. 6 junio, 2013. Que se inicie un incendio en un vehículo estacionado en el subterráneo de un inmueble, tal como ocurrió el fin de semana pasado en el mall Costanera Center es poco frecuente que suceda en un edificio residencial, señalan los expertos; sin embargo, aseguran que es un claro indicador de los peligros que acechan en esta área de la construcción.
El experto en Prevención de Riesgos y Salud Ocupacional Jorge Cares señala que, si bien los edificios actuales cumplen con las exigencias de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, muchas veces las conductas de los copropietarios y del personal que labora en los inmuebles propician las condiciones para que se originen este tipo de emergencias.
Destaca que el artículo 32 de la Ley de Copropiedad Inmobiliaria indica que los copropietarios, arrendatarios u ocupantes de las unidades del condominio no pueden comprometer la seguridad, salubridad y habitabilidad de este; por lo que, entre otras cosas, les queda prohibido almacenar materias que puedan dañar los otros espacios o los bienes comunes de la comunidad.
“Lo que además será sancionado con una multa de 1 a 3 unidades tributarias mensuales, pudiendo el tribunal elevar al doble su monto en caso de reincidencia. Ello, sin perjuicio de las indemnizaciones que se establezcan”.
Plan de emergencias
El mismo artículo 36 de la Ley de Copropiedad Inmobiliaria obliga, además, a las comunidades a confeccionar y contar con un plan de emergencias ante siniestros, el que indicará las medidas particulares a seguir, de acuerdo con las características específicas y propias del edificio.
“Lo anterior no solo es cumplir con una obligación legal que responsabiliza al Comité de Administración, sino que puede llegar a marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, advierte el presidente del Colegio de Gestión y Administración Inmobiliaria de Chile (CGAI), Aníbal Ahumada.
Y agrega: “Es necesario que los residentes de los edificios sepan la importancia de confeccionar un plan de emergencias, pero también es necesario aplicarlo y colaborar en el momento en que se están ejecutando los ejercicios de evacuación o rescate del inmueble. También asistir a las capacitaciones que hacen los expertos cuando estos, una vez que han implementado el plan, llegan a la comunidad a instruirlos en la materia”.
Entre los resguardos que deben tomar los residentes, es tener a mano los extintores correctos de acuerdo con el sector que se está protegiendo, solicitar a Bomberos revisar, cada cierto tiempo, la red seca y cerciorarse de que la red húmeda esté siempre operativa. “Esto último es muy importante, ya que si no se examina, al menos una vez al año, cuando se necesite usar las mangueras, por ejemplo, pueden estar quemadas o deterioradas”.
La ley faculta que solo en casos de emergencias el administrador puede ingresar a una bodega o unidad, pero debe estar acompañado de un integrante del Comité de Administración o, en su defecto, por otro copropietario, quien confeccionará un acta de lo que sucedió. “Pero insisto que es para casos de emergencias, no para verificar si en esa unidad se almacena un producto prohibido”.
Por ello es importante que la comunidad tome conciencia de lo transcendental que es evitar almacenar en bodegas o unidades artículos o elementos inflamables, lo que evidentemente incluye bidones de parafina, balones de gas licuado, entre otros.
Evacuación
Destacan estos expertos que en nuestro país no existen estadísticas sobre la ocurrencia de este tipo de siniestros en edificios residenciales, aunque obviamente las compañías de seguros tienen, por una razón comercial, aquellas que afectan a sus clientes, pero todos los que no están asegurados no se cuantifican.
“Es difícil saber y si ocurren, no se informa; muy por el contrario, se evita por todos los medios que se sepan estas situaciones, porque tienden a bajar la plusvalía de las propiedades. Solo se llegan a conocer cuando no es posible controlarlos y causan revuelo público”, precisa Cares.
Frente a una situación de emergencia, lo más recomendable es evacuar el edificio y los residentes deben estar dispuestos a colaborar y acatar lo que les indica el líder a cargo de la operación. “Después del atentado a las Torres Gemelas, se modificaron los paradigmas de evacuación, antes solo debían abandonar el edificio las personas del piso siniestrado, el superior y el inferior; en la actualidad, se sacan rápidamente del edificio por la zona vertical de evacuación a una zona de seguridad previamente establecida en el plan de emergencia”.
Las alarmas que deben tener los edificios que respetan la ley y los llamados a cada unidad que hacen los conserjes son la mejor forma de que los habitantes de una comunidad se enteren de que están frente a una situación riesgosa. Por ello es esencial que todos los residentes conozcan el plan de emergencias y hacer capacitaciones al personal del edificio.
Los peligros
Los peligros que revisten las situaciones de emergencia que se puedan vivir en un edificio no se pueden subestimar. En un incendio, por ejemplo, la temperatura ambiental en la zona siniestrada puede llegar a 800°C en alrededor de cuatro minutos y medio. “Los pulmones se queman al aspirar humo caliente a 50°C y la piel a 60°C, temperatura que se logra a los tres y medio minutos aproximadamente”, precisa el experto en Prevención de Riesgos y Salud Ocupacional.