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jueves, 12 de septiembre de 2013

Chilenos construirán parte del Gran Telescopio de Magallanes

 

  • Un astrónomo y un ingeniero de la UC son los primeros chilenos que participan de forma directa en un megaproyecto de astroingeniería.
Fuente: La Tercera
El telescopio comenzará a operar en 2020.
El telescopio comenzará a operar en 2020.
Santiago, Chile. 12 septiembre, 2013. Instalado en el observatorio Las Campanas, Región de Coquimbo, el Gran Telescopio de Magallanes (GMT) será uno de los primeros telescopios gigantes que comenzará a operar en el mundo en la próxima década. Su objetivo principal: detectar planetas similares a la Tierra.
La etapa de construcción comenzó el año pasado, con la preparación del terreno donde se instalará la estructura. Paralelamente, astrónomos e ingenieros están diseñando los instrumentos que permitirán observar el Universo con una precisión nunca antes vista.
Por primera vez, dos investigadores chilenos están entre los encargados de uno de los instrumentos principales del telescopio. El astrónomo Andrés Jordán y el ingeniero electricista y doctor en Física Dani Guzmán, ambos de la U. Católica, son parte de la asociación internacional de universidades que diseñarán y construirán el G-Clef: un buscador de tierras para el Gran Telescopio de Magallanes, capaz de detectar exoplanetas similares en tamaño a la Tierra, los más difíciles de captar a altas distancias.
Se trata de un espectrógrafo, instrumento que transforma los datos obtenidos por el espejo del telescopio en una imagen. “El objetivo es detectar planetas como la Tierra en órbitas alrededor de estrellas como el Sol y para eso se requiere un instrumento extremadamente estable, que pueda medir la estrella y ver cómo cambia su velocidad hacia nosotros a un nivel de 10 cm por segundo. Es decir, cómo cambia la velocidad de una estrella a velocidades más bajas que caminar”, dice Jordán.
El espectrógrafo más preciso hoy es Harps, del observatorio La Silla (Región de Coquimbo), que puede detectar movimientos de hasta 80 cm por segundo.
Pero G-Clef será más rápido y preciso que otros instrumentos, ya que estará unido a un telescopio con siete espejos que suman 25 metros de diámetro. “Mientras más grande el espejo, se capturan más fotones y puedes ver cosas más tenues en menos tiempo. También tienes una resolución mayor”, dice Guzmán. Eso significa que podrá hacer el trabajo que hoy tarda una noche en una hora.
Etapas de desarrollo
Preparar un instrumento con la precisión que requiere el GMT puede tardar entre 2 y 10 años. Es el caso de G-Clef, pues es necesario que se desarrollen nuevas tecnologías para que logre cumplir con sus objetivos.
Hoy, pasada la etapa de diseño conceptual, están en el diseño preliminar (que durará un año y medio), luego pasarán por fabricación, ensamble y pruebas. Serán evaluados por una comisión y deberán comprobar que el instrumento sirve para lo que prometieron.
El equipo de ingeniería de la U. Católica participa también en el desarrollo de los dos grandes chips de 38 megapixeles cada uno, que registran la imagen y que operan a -100 grados Celcius.
Además de buscar exoplanetas rocosos, el instrumento deberá poder caracterizar la historia de galaxias y estrellas. En el caso de Chile, viene a demostrar la capacidad de los científicos dedicados a la astroingeniería, un campo que está comenzando a crecer. “Queremos que el G-Clef se arme en Chile. Se han ensamblado muchos instrumentos acá, pero ninguno ha sido hecho por una institución chilena”, dice Jordán.