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martes, 15 de octubre de 2013

Estudio detecta que más de la mitad de los subsidios de clase media no han sido cobrados

 


  • Vivienda afirma que de los beneficios, solo 10.000 vencieron, y han sido prorrogados por 18 meses. Para revertir la baja aplicación, expertos proponen la construcción de 48.287 viviendas en barrios integrados.
Fuente: El Mercurio
Gráfico: Beneficios no convertidos en viviendas.
Gráfico: Beneficios no convertidos en viviendas.
Santiago, Chile. 10 octubre, 2013. Desde que fue creado, en 2011, el gobierno ha entregado más de 106.000 subsidios DS-1 a familias de clases emergentes y media del país. El beneficio les permite comprar viviendas desde UF 800 a UF 2.000 con aportes decrecientes de UF 500 a UF 100. De esos subsidios, más de la mitad (60.976) no han sido cobrados por quienes los obtuvieron entre 2011 y septiembre de 2013.
Esta es la conclusión de un estudio realizado por los consultores habitacionales José Astaburuaga y Mario Grandón.
No es lo único. Según el análisis, hay 16.415 familias vulnerables que obtuvieron un subsidio habitacional denominado “sin proyecto”; es decir, que no está asociado a un proyecto habitacional concreto, y permite a las familias buscar y elegir un conjunto habitacional.
“La decadencia de la política habitacional ha sido creciente en el último tiempo, y se manifiesta en forma alarmante hace a lo menos 10 años. Los programas reguladores han perdido efectividad y no se responde ni en cantidad ni en ubicación ni en calidad de vida a los requerimientos actuales de la demanda. Hoy constatamos que la entrega masiva a los postulantes de certificados de subsidio no constituye la entrega de soluciones habitacionales”, explican los autores.
¿A qué se debe la baja aplicación de los subsidios que advierte el análisis? Mario Grandón asegura que radica en el elevado precio de los terrenos y del costo de la construcción que ha hecho que el subsidio habitacional “simplemente no alcance para pagar lo que cuesta la vivienda en zonas bien localizadas”.
A eso se suma que varias comunas, como Puente Alto, han cambiado las densidades de sus terrenos en los planos reguladores, con el objetivo de evitar la construcción de viviendas sociales, debido a que implican la llegada de más costos para el municipio, puesto que estas propiedades están exentas de pagar contribuciones.
Para revertir esta situación, el análisis habitacional, que constituye un primer balance de todos los subsidios implementados en la actual administración, propone la creación de un programa de integración social, que permita edificar viviendas de clase media junto con las de familias vulnerables. “Con eso se logra una doble solución: como tienen un mayor precio, permiten pagar los suelos más caros, generan integración de diversos grupos”, asevera José Astaburuaga.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) maneja cifras distintas. El subsecretario de Vivienda, Francisco Irarrázaval, aclara que solo 10.000 subsidios, correspondientes a los dos primeros llamados de 2011, han sido los que han vencido, puesto que ya cumplieron 21 meses de duración. Esto corresponde al 63% de los 27.797 asignados en ese año. “Para estos 10.000 subsidios que requieren de más plazo para su aplicación, el Minvu permite una nueva vigencia de hasta 18 meses adicionales”, afirma.
Además, aclara que 7.624 familias (62%) de las 11.118 que recibieron subsidio Fondo Solidario sin proyecto en 2011 no cuentan con una propiedad.
Plan de integración social
La propuesta de los autores se basa en el conjunto San Alberto de Casas Viejas que levantaron con familias de distintos grupos sociales en Puente Alto.
El plan considera la construcción de 48.281 viviendas en 91 comunas para familias vulnerables, de clase emergente y media, mezcladas en conjuntos habitacionales bien ubicados. Para ello se requieren 680 ha de terreno.