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miércoles, 2 de octubre de 2013

Alma recibe última antena y a fin de año estará 100% operativo

 


  • Complejo ya tiene las 66 antenas que incluía el proyecto original. Aparato está en revisión antes de ser trasladado a su ubicación final.
Fuente: La Tercera
La última de las antenas siendo trasladada al campamento de Alma.
La última de las antenas siendo trasladada al campamento de Alma.
Santiago, Chile. 2 octubre, 2013. En 1997, el Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Observatorio Radio Astronómico Nacional de EE.UU. (NRAO) acordaron edificar en el Llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altura en la Región de Antofagasta, Alma, el radiotelescopio más grande del planeta.
Tras sumar al Observatorio Astronómico de Japón (NAOJ), el consorcio inició su construcción a mediados de 2005. Ayer, a 16 años desde que se concibió la iniciativa, el parque astronómico recibió la última de las 66 antenas que contemplaba el proyecto original.
El aparato está en el campamento de Alma (a 2.900 m), también conocido como Sitio de Apoyo a las Operaciones (OSF, en inglés). “Se terminó de armar ayer(lunes) y fue entregada oficialmente al proyecto. Ahora se revisará su equipo electrónico y se testeará que todo esté bien, para en un mes subirla a Chajnantor. Es un hito importante, pues sella la entrega de la última antena”, dice Ignacio Toledo, astrónomo de Alma.
Según Toledo, ahora el complejo tiene 58 antenas operativas. Las otras 7 están en chequeo en el campamento de Alma para regresarlas al llano.
Máxima potencia
El radiotelescopio comenzó a funcionar con sólo 16 antenas (ciclo 0) en septiembre de 2011. Con 32 inició el llamado ciclo 1. El próximo ciclo será con 45, de las 58 que están operativas. “En la medida que tengamos más antenas, mejor, pero es un desafío hacer que trabajen juntas para que funcionen como un gran telescopio, de 16 km (de diámetro)”, agrega Toledo, lo que finalmente ocurrirá a fin de año, después que la antena N° 66 sea trasladada a su lugar final.
Al sumar cada vez más antenas, Alma gana exponencialmente en nitidez y precisión y los investigadores requieren menos tiempo de exposición, una de las virtudes de los radiotelescopios. De hecho, se estima que objetivos que en los telescopios tradicionales demoran días en ser observados, en Alma pueden tomar una o dos horas.