- Expertos aseguran que el proyecto Orbital, que se trazó en los 60, debe construirse con urgencia.
Fuente: La Tercera
Tiene 130 kilómetros y conectaría la capital por fuera del anillo Américo Vespucio.
Santiago, Chile. 23 agosto, 2013. Poco conocido y poco transitado, el camino Pie Andino es una vía que une Lo Barnechea con Chicureo a través de los cerros de la zona nororiente de la ciudad. Con 10 kilómetros de extensión, parte al final de Av. Los Trapenses y termina cerca de la autopista Los Libertadores.
Fue construida hace 10 años por privados, para potenciar los proyectos inmobiliarios en la zona de Chicureo, pero su trazado coincide con parte de un proyecto de larga data: el anillo exterior de Santiago, ese que fue proyectado junto al de Américo Vespucio en los 60 y al que se le llamó Orbital. Estaba varios kilómetros más afuera de la zona urbana y serviría para conectar a las comunas periféricas.
Esta obra estuvo dentro del primer Plan Regulador Metropolitano de Santiago, el que fue diseñado por el arquitecto Juan Honold en los 60 para darle un orden a la ciudad. “Ese anillo tenía como misión conectar la ciudad con zonas como Melipilla y Lampa, entre otras. Por eso, era de carácter metropolitano”, explica el hombre que también determinó por dónde se construiría Américo Vespucio.
Pese a que este último trazado comenzó a ejecutarse a principios de los 60, Orbital nunca se llevó a cabo. Pero no fue olvidado: tres décadas después, en 1995, el urbanista y ex decano de la Facultad de Arquitectura de la U. de Cambridge, Marcial Echenique, retomó la iniciativa cuando Ricardo Lagos era ministro de Obras Públicas.
Fue el político quien contactó al experto para que analizase la construcción -y concesión- de autopistas urbanas. Ese estudio se utilizó como punto de partida para proyectar Costanera Norte, Av. Kennedy, Américo Vespucio y Autopista Central.
El camino Pie Andino, y su continuación, Juan Pablo II, son parte del trazado que tendría el anillo Orbital.
El documento elaborado por el urbanista determinó, en detalle, que el anillo exterior debía extenderse por 130 kilómetros y unir las comunas de Colina, Lampa, Huechuraba, Pudahuel, Maipú, Puente Alto, La Florida, Peñalolén, La Reina, Las Condes y Lo Barnechea
. Su construcción se dividiría en tres tramos y estaba prevista para que en 2010 circularan 57.000 vehículos al día.
La urgencia
La circunvalación que retomó Marcial Echenique en 1995 todavía no ve frutos. Pero según los expertos, ésta se necesita con urgencia.
Luego del inicio de la licitación del tramo de AVO entre El Salto y Príncipe de Gales, varios coinciden en que el antiguo proyecto necesita comenzar a consolidarse.
“El parque automotor todavía no alcanza los niveles de países con un PIB similar al de Chile, por lo que tenemos que empezar a proyectar nuestras necesidades futuras tomando como base esas cifras. Hoy son 250 vehículos por cada 1.000 personas”, asegura Echenique.
Por su parte, el experto en tránsito de la U. Diego Portales, Louis de Grange, explica que una iniciativa como el anillo requiere de largos plazos para ejecutarse. “Esta circunvalación es necesaria, porque permitiría darle un respiro a Vespucio al dividir los flujos de quiénes no necesitan pasar por el centro de la ciudad”, dice.
El decano de arquitectura de la U. del Desarrollo, Pablo Allard, coincide en que se debe comenzar a trabajar a la brevedad. “Conexiones periféricas como la unión de la Ruta 78 y la 68 a través del sector de Lo Aguirre, por Pudahuel, generaría un tramo de ese anillo”, dice.
De avanzar en este plan, según Allard, Santiago podría contar recién en 30 años con esa vialidad. Este advierte que la parte oriente será más compleja de llevarse a cabo, “porque tendría un alto impacto ambiental al trazarse por los pies de la cordillera en la cota 1.000”.
Dentro del mercado de las concesionarias se sigue con atención el futuro de la vialidad en Santiago. El gerente general de Costanera Norte, Diego Savino, asegura que desarrollar Orbital es una necesidad para la ciudad. “En 1982, la mayor parte de la población de Santiago vivía dentro del anillo Américo Vespucio. Hoy es casi la misma cantidad la que vive afuera de ésta. Ese dato es fundamental a la hora de pensar las futuras infraestructuras”, indica.
Para Iván Poduje, arquitecto y socio de Atisba, señala que el trazado poniente sería más sencillo de desarrollar y, por lo tanto, debería ser el primero en abordarse. “Es aconsejable iniciar el diseño de esta zona, para que sea una alternativa a Vespucio. Esta, en 30 años más, va a estar saturada”, concluye.
En el gobierno sólo existe hoy la intención de unir las rutas 68 y 78, pero el proyecto del anillo exterior no ha sido discutido